El 12 de junio de 1974 el entonces presidente Juan Domingo Perón pronunciaba su último discurso desde el balcón de la Casa Rosada ante una multitud reunida en la Plaza de Mayo.
Era miércoles y el clima era muy frío en la ciudad de Buenos Aires, pero de forma espontánea los trabajadores de los gremios se volcaron hacia la Plaza de Mayo ante la amenaza de Perón de renunciar.
El presidente amenazó con esa posibilidad en conocimiento de los retrasos e incumplimientos patronales para poner en marcha el llamado Pacto Social que habían firmado la CGT y la Confederación General Económica (CGE).
Perón se despidió con aquella última e histórica frase: “Llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino”.
La última vez que apareció en público fue el lunes 17 de junio, cuando acompañó a su esposa Isabel Martínez al aeropuerto de Ezeiza, ya que la vicepresidente emprendió ese día un viaje internacional oficial.
“Mientras nosotros no descansamos para cumplir la misión que tenemos y responder a esa responsabilidad que el pueblo ha puesto sobre nuestros hombros, hay muchos que pretenden manejarnos con el engaño y con la violencia. Frente al engaño y la violencia impondremos la verdad”, sostuvo Perón ese día ante la multitud, poco antes de morir el 1 de julio de ese año.
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