l Gobierno chino acusó este lunes a Estados Unidos de “satanizar” a China y lo urgió a deponer esa “política peligrosa”, durante conversaciones con la funcionaria de mayor jerarquía de la administración del presidente Joe Biden que visita el país, quien se mostró “muy enérgica” con sus interlocutores.
La visita de la subsecretaria de Estado Wendy Sherman a la ciudad norteña de Tianjin constituyó el primer gran encuentro entre responsables de las dos principales economías mundiales desde las discusiones celebradas en Alaska en marzo pasado, que terminaron en ataques verbales cruzados.
Sherman llegó este domingo a esta ciudad portuaria en busca de afianzar las relaciones entre las dos potencias económicas, enfrentadas por temas como comercio, ciberseguridad y derechos humanos, pero fue recibida con un duro comunicado de Beijing.
“La esperanza puede ser que, al satanizar a China, Estados Unidos pueda de alguna manera (…) culpar a China por sus propios problemas estructurales”, dijo a Sherman el vicencanciller chino, Xie Feng, según un comunicado emitido por su oficina.
“Urgimos a Estados Unidos a cambiar su mentalidad equivocada y su política peligrosa”, agregó el comunicado, informó la agencia de noticias AFP.
Xie aseguró que el pueblo chino ve la “retórica antagonista de Estados Unidos como un intento mal disimulado de contener y suprimir a China”.
China también presentó una lista de exigencias, que incluyen levantar sanciones a funcionarios y restricciones de visados a estudiantes, así como el cese de la “supresión” de empresas chinas, dijo a los periodistas el vocero de la cancillería Zhao Lijian.
El vocero llamó además a poner fin a los llamados a investigar de nuevo los orígenes del coronavirus en China, en una advertencia más extensa a “dejar de pisar las líneas rojas”.
En su cuenta de Twitter, Sherman dijo haber abordado “el compromiso de Estados Unidos con la competencia sana, la protección de derechos humanos y los valores democráticos”.
Según el departamento de Estado estadounidense, la subsecretaria evocó su preocupación sobre supuestas violaciones de los derechos humanos de China en Hong Kong, Tíbet o la región occidental de mayoría musulmana de Xinjiang, y fue “brutalmente honesta” en cuestiones como los presuntos ciberataques chinos.
El viaje de Sherman se considera también un paso previo de cara a una eventual reunión entre Biden y su par chino, Xi Jinping.
Las relaciones entre ambos países siguen en caída libre.
Un día antes de la llegada de Sherman, el canciller chino, Wang Yi, prometió “enseñarle una lección a Estados Unidos” sobre cómo tratar a los países con “equidad”, anticipando un inicio tumultuoso de la visita.
“China no aceptará la autoproclamada superioridad de ningún país”, aseguró Wang, citado el sábado por un comunicado.
John Kerry, el emisario de Washington sobre el cambio climático, es el único otro funcionario de alto rango del Gobierno de Biden que visitó China, en abril.
Ambas partes se comprometieron a cooperar en materia de cambio climático, pese a sus múltiples diferencias.
Biden mantiene la política de firmeza con China de su antecesor, Donald Trump, mientras Washington busca construir un frente unido de aliados democráticos contra Beijing.
La semana pasada, China y Estados Unidos intercambiaron sanciones iniciadas por Washington en respuesta a la represión de libertades en Hong Kong.
Washington también emitió una advertencia a las empresas que operan en Hong Kong sobre el deterioro de la autonomía de la ciudad.
Estados Unidos condenó la semana pasada los ciberataques a gran escala procedentes de China.
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