El Tribunal Electoral abrió una investigación en contra de Bolsonaro

Por unanimidad se votó la apertura de una investigación administrativa sobre Bolsonaro por supuesto “abuso de poder” y “ataques a la legitimidad de las elecciones”.

El juez Roberto Barroso, titular del Tribunal y a quien el mandatario ultraconservador acusó directamente de orquestar un complot en su contra, afirmó en la noche del lunes que “las democracias modernas están hechas de votos y de respeto a los derechos fundamentales, la amenaza a la realización de elecciones es una conducta antidemocrática“.

“Una de las manifestaciones del autoritarismo es el ataque a las instituciones, incluso las instituciones electorales”, reforzó Barroso.

“En Estados Unidos, insuflado por el presidente derrotado, el 50 % de los republicanos cree que la inequívoca victoria del presidente Joe Biden fue producto de un fraude”, afirmó Barroso, comparando con el expresidente estadounidense, Donald Trump, quien denunció fraude en los comicios de 2020..

Bolsonaro dijo el lunes que puede haber fraude en las elecciones de 2022 si permanece el sistema de votación con urnas electrónicas y que Barroso es un “sucio” que estaría envuelto en una conspiración al impedir que se apruebe una enmienda constitucional que cambia ese sistema de votación.

El mandatario aseguró que hubo “fraudes” en los comicios de 2014 y 2018 pero no entregó las pruebas ante el TSE, donde el lunes se venció el plazo para recibirlas.

La gota que colmó el vaso para el Poder Judicial, que venía respondiendo a declaraciones con notas de repudio, fue el vivo realizado el jueves pasado en el que Bolsonaro se comprometió a presentar pruebas de fraude en las elecciones, pero no lo hizo. Al contrario: utilizó videos de internet previamente desmentidos por el propio Tribunal.

El Tribunal Superior Electoral de Brasil inicia este martes las diligencias sobre el caso y que va a convocar a Bolsonaro a declarar. Si fuera hallado culpable puede quedar inelegible en los comicios del año próximo, en los que Lula da Silva -quien aún no confirmó su candidatura- parte como favorito, informó Ámbito Financiero.

El incremento de los ataques del presidente al sistema de voto electrónico -vigente desde 1996- coincide con la baja de su popularidad (49% de desaprobación) y con la investigación por corrupción y mal manejo de la pandemia que realiza el Congreso.