Investigadores argentinos comprobaron la creciente potencia de los anticuerpos neutralizantes contra el coronavirus tras seis meses de aplicada la vacuna Sputnik V, según una investigación liderada por Andrea Gamarnik, jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir (FIL).
Para el estudio se analizaron 1.800 muestras de suero de personas (con y sin infección previa por SARS-CoV-2) que fueron inmunizadas con la primera dosis de esta vacuna y demostró que la capacidad de la vacuna rusa para bloquear todas las variantes del coronavirus aumenta con el tiempo.
“Si bien los anticuerpos disminuyen en cantidad, lo que pudimos observar en este estudio es que la calidad y la potencia neutralizante de los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 original y las variantes aumentan con el paso del tiempo a partir de la administración de la vacuna Sputnik V”, dijo Gamarnik, investigadora superior del Conicet.
El efecto se verificó a largo de los seis meses que fue lo que duró el estudio.
“Esto se explica porque esos anticuerpos atraviesan un proceso gradual de maduración que aumenta su calidad para bloquear al virus e impedir la infección”, agregó Gamarnik, quien advirtió que los resultados de la investigación “van a dar tranquilidad a la población”.
“En este estudio de seguimiento a largo plazo de personas vacunadas con Sputnik V se observa un mantenimiento a los seis meses de los niveles de anticuerpos neutralizantes, es decir, aquellos capaces de producir el bloqueo más potente de la actividad viral alcanzan un pico a los 42 días que vimos que se mantenía a los 120 y a los 180 días”, puntualizó otro coautor del estudio, Nicolás Kreplak, ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, médico clínico y sanitarista.
Gamarnik y sus colegas midieron el efecto de la vacuna contra distintas variantes de preocupación o interés que circulan en Argentina y en otras partes del mundo: Alfa (primero identificada y caracterizada en Reino Unido), Beta (Sudáfrica), Gamma (Manaos), Delta (India) y Lambda (“andina”).
Para estudiar la capacidad neutralizante de los anticuerpos producidos por la vacuna Sputnik V en función del tiempo contra las variantes, se empleó tanto un sistema de virus quimera como la cepa salvaje del SARS CoV-2.
Las variantes fueron aisladas y estudiadas en colaboración con el Consorcio Argentino de Genómica de SARS-CoV-2 (Proyecto PAIS) y el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS), que depende del Conicet y la UBA.
“Se observó un escape menor por parte de la variante Delta a los anticuerpos producidos tras la vacunación con Sputnik V. Esto quiere decir que los anticuerpos son capaces de bloquear la infección causada por esta variante que origina mucha preocupación en este momento”, destacó Jorge Geffner, quien participó en la coordinación del estudio y es investigador superior del Conicet en el INBIRS.
Por otro lado, los científicos observaron un escape parcial para las variantes Beta y Gamma.
“Lo sorprendente es que, a lo largo del tiempo transcurrido desde la vacunación, la potencia de neutralización de los anticuerpos contra las variantes aumenta, y este aumento de potencia es de mayor magnitud para las variantes Beta y Gamma. En otras palabras, después de los 4 o 6 meses de iniciada la vacunación la calidad de los anticuerpos generados mejora también para neutralizar a las variantes”, indicó Gamarnik.
A lo largo de seis meses, el equipo determinó la evolución de la cantidad de anticuerpos con un estándar de la OMS empleando “Covidar cuantitativo”, el test serológico desarrollado en la FIL con el Laboratorio Lemos y aprobado por ANMAT.
Gamarnik agregó que la información crucial que arroja el estudio para el manejo de la pandemia fue posible gracias a la “inédita articulación del sistema científico, autoridades sanitarias y personal médico y de enfermería de casi una decena de hospitales de la provincia de Buenos Aires, y el apoyo del Conicet y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación”.
El mes pasado, un estudio publicado en la revista “Immunity” había constatado que en personas infectadas con SARS-CoV-2 la cantidad de anticuerpos decaía paulatinamente, pero su potencia neutralizante aumentaba con el paso del tiempo.
Ahora, por primera vez, el nuevo trabajo argentino coordinado por el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires comprueba que el mismo proceso tiene lugar en personas vacunadas con Sputnik V.
La investigación se publicó como preimpresión en medRxiv y será difundida más adelante en una revista científica revisada por pares.
Kreplak destacó que este estudio “es parte de un proyecto que nos orgullece porque se basa en la interacción del sistema científico y universitario con el sistema de salud. Es ciencia aplicada a resolver los problemas reales de los argentinos y las argentinas. Esta información nos permite tomar decisiones de gestión racionales, tener soberanía en la toma de decisiones y aportar datos al mundo para enfrentar mejor la pandemia”.
Sobre el estudio, Ana María Franchi, presidenta del Conicet, indicó que “se trata de un aporte muy relevante y alentador, ya que es la primera vez que un estudio con rigor científico demuestra que, en el caso de la Sputnik V, el potencial y la calidad de los anticuerpos se incrementa con el paso del tiempo”.
“El estudio es otra contribución relevante de la ciencia argentina para enfrentar la pandemia. Revela cómo aumenta la capacidad de los anticuerpos que genera la vacuna Sputnik V para protegernos contra las distintas variantes”, destacó -también- Roberto Salvarezza, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación.
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