Niños y niñas transitan el camino de la inmunización

El panorama es otro en el vacunatorio municipal dispuesto en el gimnasio Luis “Lucho” Fernández por la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad de Río Gallegos. Se continúa trabajando a paso firme en la campaña de vacunación contra el Covid -19, pero ahora es que es el turno de los más pequeños. Son niños y niñas de 7 años en adelante que superan el miedo a las agujas y, a veces aunque haya lágrimas de por medio, ya logran la primera dosis de la tan ansiada inmunización.
De esta manera, se avanza con la inoculación a menores de edad, niños y niñas de 7 a 11 años, sin factores de riesgo en otra jornada de vacunación a pleno, con más de 300 turnos otorgados a través de la página oficial de la Provincia, www.santacruz.gob.ar/vacunarparaprevenir.
En el lugar, puede observarse a padres esperanzados que acompañan a sus hijos; hacen el Triage, firman la declaración jurada con el consentimiento, reciben la información sobre la vacuna que será aplicada, los síntomas que puede ocasionar, y cuándo es necesario colocar la segunda dosis. Luego, en el box, son atendidos por los profesionales que más allá del procedimiento, llevan tranquilidad y consuelo a los chicos.
Esto destacaron Hernán Martínez, papá de Ariadna de 8 años de edad y, Fabiana Fernández, mamá de Andrés Barrientos de 10 años. Ambos coincidieron en que fue sencillo sacar el turno, y muy ordenado y ágil el proceso de vacunación en este centro deportivo municipal.
Hernán confió que a su niña le costó un poco aceptar la vacunación “porque como a todos los niños no le gusta ponerse inyecciones”. Sin embargo, entendió que “esto nos da más tranquilidad, ya que por suerte ninguno en mi familia tuvo Covid. Hay que vacunar a los chicos para evitar problemas, se están abriendo todas las actividades, han vuelto a clases y en necesario que estén protegidos”, dijo.
Fabiana estuvo de acuerdo: “estábamos ansiosos por colocarle su primera dosis y estar más tranquilos todos. Ahora esperamos los 21 días para la segunda aplicación. Como todos los chicos le generó un poco de incertidumbre saber cómo era la vacuna, pero explicándole que es mejor, que no pasa nada, la recibió sin problemas. En casa estamos todos vacunados y en la familia nadie tuvo Covid. Nos cuidamos mucho porque hay una persona diabética y ahora ya estamos más tranquilos”, concluyó.
Cada caso es distinto, algunos pequeños aceptan la vacuna sin ningún problema, otros se asustan y, a veces, dejan caer algunas lágrimas, pero todos son contenidos por el cuerpo de profesionales y trabajadores municipales y, además, se llevan un presente.