El expresidente Mauricio Macri niega haber ordenado el espionaje a los familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan, el submarino que se hundió en noviembre de 2017 y se presentó ante Bava, a quien buscó correr sin éxito, con el respaldo de seguidores y dirigentes del macrismo se dieron cita en esta ciudad para acompañarlo.
“Un bochorno, un escándalo, canallesco”, repetía Pablo Lanusse, el abogado de Macri, mientras se alejaba desde el juzgado. Según dijo el letrado a Página 12, el 6 de octubre la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) le informó a Bava que ella no podía relevar a Macri del deber de guardar secreto. El juzgado nunca le pidió a Fernández que lo relevara del secreto a Macri, dijeron colaboradores cercanos del presidente. “Si es así, lo hará en honor a su derecho de defensa”, explicaron.
El fiscal Juan Pablo Curi dijo que correspondía que el Presidente relevara del secreto a Macri. La intención de Bava fue fijar fecha de nueva indagatoria para el próximo jueves. Sin embargo, quedó sin fecha, por ahora, a la espera del decreto del Poder Ejecutivo.
La línea del juzgado de Dolores cuando estaba al mando de Alejo Ramos Padilla era que ningún delito podía ampararse bajo la figura del secreto. Este jueves, Macri logró torcer esa tradición y se llevó un acto con partidarios a favor.
Macri caminó las dos calles que separan a la plaza central de Dolores del juzgado federal de esa ciudad. Un grupo de simpatizantes, exfuncionarios e intendentes lo acompañaban al grito de “Mauricio no se toca”. Así llegó a declarar ante Bava.
Los asesores letrados del expresidente habían adelantado que el trámite sería breve. Lo que tenían previsto era que Macri le dijera a Bava que no es competente para juzgarlo y que nunca ordenó las tareas ilegales que llevó adelante la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) para luego presentar descargo por escrito y no responder preguntas. Sin embargo, el proceso fue suspendido por el juez.
El show de Macri previo a la indagatoria
En un escenario en el vértice de la Plaza Castelli, Macri se había plantado en un escenario pequeño junto con otros dirigentes del PRO que lo escoltaban. Habló de una citación intempestiva, pese a estar denunciado desde el 23 de septiembre del año pasado, y de que había una “obsesión permanente” con su persona. No hubo grandes discursos ni apelaciones a la justicia, como presagiaban quienes llegaron hasta Dolores un rato antes del mediodía. Desde abajo, agitaban una bandera que decía “Bancamos a Mauricio” y dos militantes del PRO golpeaban con entusiasmo un bombo. Los hombres, vecinos de Monte Grande, vestían una remera negra con la leyenda “menos mal que existe la grieta, sino pareciera que todos somos como estos hijos de puta”.
“Esta es una causa totalmente armada”, dijo el secretario privado del expresidente, Darío Nieto, a Página/12. Nieto observaba la escena de Macri con Patricia Bullrich, Hernán Lombardi y compañía desde el costado del escenario. “Es un juez polémico y un juzgado de Justicia Legítima”, agregó el joven politólogo que también está siendo investigado en otra causa de espionaje.
Mientras frenaba para sacarse selfies entre simpatizantes, Federico Pinedo celebraba que era una convocatoria espontánea. “Me parece que es un caso politizado, que está resuelto antes de empezar”, le dijo a este diario mientras se saludaba con el exministro de Transporte Guillermo Dietrich. “No me cabe duda de que lo van a procesar porque es política antes de las elecciones”, agregó.
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