“Acudimos a la Justicia para que allane el lugar. Uno no puede capturar la naturaleza porque tuvo suerte de comprar un pedazo de campo y ponerlo a su nombre”, sostuvo este jueves el viceministro de Ambiente de Nación, Sergio Federovisky.
Cabe recordar que en ese sitio murieron cerca de 300 pichones y un número indeterminado de adultos, según el informe oficial de la Unidad Biológica de la reserva que se conoció en las últimas horas. El análisis también aclaró que Luis Alberto La Regina, uno de los propietarios del campo donde fueron encontrados los pingüinos muertos, fue quien informó a las autoridades sobre los graves daños.
El informe precisa que “se constató la destrucción de número mínimo de estimado preliminarmente de 146 nidos, tanto por aplastamiento y posterior compactación del terreno, como por el depósito de material extraído con la pala sobre nidos linderos al camino”.
“Se estima un total de 292 pichones muertos y/o huevos destruidos, sin poder estimar aún el número de adultos que pudieran haber resultado aplastados por las máquinas dentro de sus nidos”, remarca.
“Cabe destacar que, ante el disturbio, los pingüinos se mantienen en sus cuevas si éstas son profundas, y sobre todo cuando se encuentran incubando huevos o empollando pichones”, enfatiza el informe que lleva la firma de los doctores en Biología, Pablo García Borboroglu, investigador principal del Conicet, y Laura Marina Reyes, docente de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.
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