El nuevo presidente electo de Chile, Gabriel Boric, y el mandatario saliente, Sebastián Piñera, se reunieron en el marco de la sucesión presidencial luego de la victoria del candidato de la izquierda. “Sé que va a hacer lo mejor posible”, le señaló el mandatario a su sucesor.
En la puerta del palacio, cientos de personas esperaban la llegada del triunfador de los comicios al grito de “¡se siente, se siente, Boric presidente!”.
El presidente electo se acercó a la multitud para saludar y agradecer el apoyo con la mano en el corazón. Se tomó minutos para acercarse a los ciudadanos mientras Piñera y sus ministros lo esperaban dentro. Llegó acompañado de su jefa de campaña, Izkia Siches, y de su generalísimo, Giorgio Jackson.
En el interior de La Moneda, un grupo de funcionarios públicos lo aguardaban con un cartel que rezaba: “La esperanza ganó al miedo. Los funcionarios públicos le dan la bienvenida, presidente”.
También recibió el calor de varias decenas de ciudadanos a la salida del hotel desde donde partió rumbo a La Moneda.
Luego, Boric fue recibido por el ministro vocero de Gobierno, Jaime Bellolio, pasando hasta la oficina de Piñera junto a Siches y Jackson, para empezar a delinear lo que será el traspaso de mando del próximo 11 de marzo.
“Bienvenido a La Moneda, que tenga un muy buen gobierno. Sé que va a hacer lo mejor posible”, le dijo Piñera, mientras le estrechaba la mano frente a las cámaras. “Espero estar a la altura de este tremendo desafío”, respondió Boric.
“Es una gran responsabilidad, pero creo que va a contar con el apoyo constructivo de todos los chilenos”, contestó el actual mandatario. Y se tomaron una primera foto con mascarilla y una segunda sin “por la historia”.
El diputado y exlíder estudiantil de 35 años -edad mínima para asumir la Presidencia- venció el domingo, con el 55,8% de los votos, al ultraderechista José Antonio Kast, abogado de 55 años, que obtuvo un 44,1%. La elección registró una participación histórica, con 55,6% de los más de 15 millones de votantes.
En una primera reacción a su victoria, mucho más holgada de lo previsto, los mercados cayeron en pánico. El peso caía en la apertura de la jornada un 3,02% respecto al dólar, mientras que la Bolsa de Comercio de Santiago se desplomaba un 6,8%.
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