Emiliano Bustos se llama el joven que contó la historia en Facebook. Aquí su extracto: “No sé por dónde empezar. Me crucé hace unos días con este señor en un cajero automático, llegó en un remis y al toque me di cuenta q tenía problemas motrices. No se podía casi ni bajar del auto, lo ayudé y le cedí mi lugar en la fila del cajero. Apenas caminaba y mientras lo ayudaba a sostenerse empezamos a charlar. Le dije q le veía cara conocida y me dijo que era nada más y nada menos que Gustavo Bazterrica. Eterno guitarrista de Los Abuelos de la Nada. Me dolió verlo tan deteriorado. Con la cabeza súper lucida pero con graves problemas motrices. La cuestión es que lo ayudé a subir al remis y se fue… Días después sube un estado en su cuenta de face pidiendo tránsito, diciendo q no tenía dónde vivir. Y yo, al igual q miles que comentaron con intención de ayudarlo, fui uno más que se sumó a ese pedido y no sé xq entre tantos ayer a la noche me llegó un mensaje suyo renovando su pedido de ayuda. Así que me puse a su disposición y lo traje a mi casa. Lo ayudé a bañarse, le di de comer, le compré remedios y acá estamos. En casa charlando de la vida, dándole compañía y asistiéndolo. Más que hablando, escuchando, aprendiendo, deleitándome con sus infinitas historias…
Todos algún día llegaremos a tal edad y no le deseo a nadie llegar así, o espero q todos tengamos alguien en quien confiar. Tengo mucho miedo, sí. Miedo. Jamás traje alguien a vivir a casa y menos una persona mayor y con sus limitaciones. Pero me la jugué, me animé. Con todas las dificultades q lleva y la asistencia que requiere. Y no lo hice porque es el Vasco. El Vasco Bazterrica. Porque cuando lo ayudé, no sabía ni quién era. Lo hice porque algún día todos vamos a tener 66 y la vida nos pasa factura a todos. No lo tomo como una molestia o una carga. Sino como un aprendizaje, y un favor a este hombre y a la vida. Xq tarde o temprano todo vuelve, todo llega y todos vivimos lo mismo que el otro”.
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