La referente del Programa Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud del Chubut, Verónica Vivanco, destacó que la mayoría de las personas que consultaron por esta práctica lo realizaron tempranamente, antes de las doce semanas, y el dato “es muy bueno”.
Chubut es una provincia pionera en esta materia ya que está contemplada desde hace varios años la Interrupción Legal del Embarazo, pero ahora se suma la Interrupción Voluntaria. “Ya tenemos un recorrido como provincia entonces no nos cambió demasiado la Ley. Pero sí hay una mayor protección para los equipos, para que puedan trabajar tranquilos, una ley nacional de implementación obligatoria en todas las provincias, nos da un respaldo jurídico y un aval del Ministerio de Salud de la Nación para poder realizar las prácticas”.
Con la incorporación de la Interrupción Voluntaria no se requiere una causal: “Sólo a solicitud de la persona gestante y la Interrupción Legal cuando supera cierta edad gestacional que son las catorce semanas, donde necesitamos justificar el motivo por el cual se necesita acceder a una Interrupción Legal. Pero eso ya lo veníamos haciendo en la provincia con un causal, una evaluación psicológica, una evaluación del médico, del ginecólogo, una trabajadora social”, describió la profesional.
Estos meses que transcurrieron desde la promulgación de la Ley demostraron que varias de las afirmaciones que se escuchaban en contra quedaron desechadas. Una de ellas era que con la legalización habría una concurrencia masiva a realizarse la práctica, pero esto no sucedió.
Según las estadísticas que se manejan en el Ministerio de Salud “en 2021 se llevaron a cabo 1.300 interrupciones -entre ILE e IVE- en toda la provincia, aumentando en 300 en comparación al año anterior. Eso no nos parece un número exorbitante”, dijo Vivanco. “Sabíamos que iba a ir en aumento. Todos los años tenemos entre 200/300 nuevas solicitudes en relación a años anteriores, con una capacidad muy buena del equipo de Salud” que no se vieron desbordados por la demanda. Pero reconoce que en algunas ciudades no todos los centros de salud hay equipos para esta práctica, aunque sí está garantizada la atención en todas las Áreas Programáticas.
“La idea es sumar nuevos profesionales, ya sean médicos generalistas para el primer nivel de atención que serían los centros de salud y los hospitales rurales, y en el segundo nivel de atención poder sumar más ginecólogos que están en los hospitales”.
“Es una práctica que siempre se realizó, lo que pasa es que no se reflejaba en las estadísticas y ahora tenemos un diagnóstico con una historia clínica, como una situación más de salud en las vidas de las personas”.
También es un mito que las adolescentes son las que más solicitan una IVE o ILE. “Las pocas situaciones que tuvimos de adolescentes fueron por abuso sexual infanto-juvenil, donde son embarazos ocultos y la problemática social es compleja. En esos casos llegan con embarazos avanzados, pero son pocas situaciones”.
“La gran mayoría de las personas que acceden son adultas, mayores de 21 años que ya han pasado por la experiencia de un parto o de un aborto, que ya tienen hijos y que quizás no utilizaban el método anticonceptivo adecuado, o se les dificultó mucho el acceso efectivo durante la pandemia. También hay mujeres que deciden cuidarse por métodos naturales (contando los días), que no quieren inyectarse hormonas o tomarlas y sabemos que es un método que no lo recomendamos porque no es seguro”, explicó Vivanco.
La médica destacó que “la mayoría de las personas que consulta lo hace tempranamente, antes de las doce semanas, que es muy bueno, porque cuanto antes se realiza el procedimiento es mejor, porque no complejiza tanto y se puede hacer de manera ambulatoria, con el asesoramiento de un generalista o un ginecólogo en el primer nivel de atención. Se hace toda la asesoría y los estudios pertinentes y se entrega la medicación, con buen éxito y no necesita ninguna intervención más”.
En este período se hace con medicación en formato pastillas. “Es el Misoprostol, la medicación que tenemos a nivel país y estamos a la espera de otra medicación que es la Mifepristona, que es específicamente para interrupción legal. Todavía no se ha introducido al país pero están en trámites en el ANMAT para el futuro ingreso, calculo que en marzo ya la podremos tener en Argentina”.
La profesional explicó que durante todo el procedimiento la usuaria recibe información sobre métodos anticonceptivos. “Lo que tratamos es que luego de finalizado el procedimiento puedan irse con un método anticonceptivo elegido, propiciando los de larga duración como DIU, implante subdérmico, inyectable trimestral o una ligadura de trompas y también sugerir incorporar al varón para el acceso a la vasectomía”.
Lo que sí preocupa es que “hay números que no se han movido a nivel país y es que muchos de los embarazos son no buscados, no planificados y sin embargo las personas estaban sin método anticonceptivo. Hay que ver qué pasa que no podemos prevenir un embarazo en mujeres adultas que ya pasaron por embarazos y partos, por qué no elige un método anticonceptivo definitivo, si se decide no tener más hijos”.
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