Atleta Olímpico navegó frente al Glaciar Perito Moreno

Yago Lange recorre los espejos de agua de la Argentina para crear conciencia ecológica. El regatista se alejó de la alta competencia luego de la inquietud que le surgió cuando descubrió el mal estado del agua donde se entrenaba.

“Todavía siento esa energía, la siento en mi cuerpo” expresó en su instagram donde subió vídeos y fotos de su navegación frente al Glaciar Perito Moreno.

Yago navegó en wing foil en el Canal de los Témpanos del Lago Argentino. El wing foil es un deporte nuevo que combina elementos de surf, windsurf y kitesurf. Se utiliza una vela y una tabla montada sobre un ala que, al ganar velocidad, la eleva sobre el agua. Yago fue el primero en foilear -así se llama esta nueva manera de navegar- frente al glaciar. La travesía fue el mayor hito en su naciente carrera de aventurero náutico y guerrero ambiental. “Como atleta y como navegante, quiero dar todo lo que pueda para cuidar el agua, que es lo que siempre disfruté”, dice en un video que grabó segundos después de salir del agua, con una nevisca de fondo.

Yo hice mi camino, y desde el 2008 estuve en el circuito olímpico, tuve la oportunidad de ir a los Juegos de Río de Janeiro en 2016, y siempre estuve vinculado al agua y con la alta competencia en ese ámbito”. Con esas palabras se presenta Yago Lange, el hijo de Santiago, quien ganó la medalla de oro en tierra brasileña.

Yago, junto a su hermano Klaus, lograron al mismo tiempo en Brasil el diploma olímpico, luego de finalizar séptimos en la clasificación general de la división 49er. masculino de vela.

La última de sus aventuras -que contó con el apoyo de Parley, un ONG que trabaja en la protección de los océanos- comenzó el 25 de diciembre cuando Yago arrancó un viaje en auto a Bariloche. Allí se unió a Marko Magister, un fotógrafo con el que ya realizó otras expediciones y con el que formó un aceitado equipo de viajes y trabajo. Recibieron el año navegando con una tormenta en el Nahuel Huapi, un anticipo de lo que los esperaba en El Calafate.

Junto a Marko y su novia, Mía Morrone, el 7 de enero arrancaron rumbo a los glaciares. Viajaron en auto y durmieron en carpa, refugios o posadas. Buscaron lagos donde poder navegar y el 10 de enero llegaron a El  Calafate. Allí comenzaron las gestiones con Parques Nacionales para que los autorizasen a navegar en la zona de glaciar. Mientras tanto, Yago estudiaba el pronóstico del viento y se mentalizaba para la aventura. “Toda mi experiencia competitiva me sirvió para planificar y no cometer errores”, dice.

El último sábado, a las 7 de la mañana, Yago y Marko ya estaban en la costa, esperando la ventana de viento pronosticada. “Navegué concentrado y con confianza. Disfruté mucho y estaba muy consciente de mi cuerpo y de dónde estaba”, recuerda.

Los posteos en redes sociales de su aventura explotaron y Yago ya planea sus próximas expediciones ambientales. Quiere navegar en la Península Mitre y la Isla de los Estados, en Tierra del Fuego, y en la Antártida.

En el 2018 cambió su vida

El camino de Yago fue tomando un destino diferente, aunque siempre relacionado con el agua. “A finales de 2018 estaba navegando con mi hermano en el Río de la Plata, y la mayoría de los días teníamos que parar los entrenamientos por la cantidad de basura que había. El día posterior a una lluvia la basura era mucha, porque bajan los residuos por las alcantarillas y quedan flotando en el agua. Organizamos una limpieza y eso me llamó mucho la atención, el darme cuenta de la potencialidad del vínculo con las demás personas de tratar de hacer algo por el cuidado de las aguas”, explica.

El trabajo lo realizaron junto a 25 clubes náuticos, con más de 100 voluntarios, y se recuperaron más de tres mil kilos de basura en el Náutico San Isidro. La tarea despertó en él ese recorrido que viene transitando hace tres años.

La intención de combinar ambas actividades comenzó a tener ciertas complicaciones. “Se me hizo difícil para los Juegos de Tokio. Nosotros estábamos muy bien rankeados, pero perdimos la clasificación para estar, y una de las causas fue mi involucramiento ambiental. Hoy en día no tengo ningún proyecto de alta competencia, pero no es algo que descarto”, aclara.

Lange se está entrenando en una disciplina nueva, y observa desde afuera el panorama hacia el futuro. El continúa mientas tanto muy comprometido ambientalmente con ese trabajo, con varios proyectos por delante, y priorizando sus tiempos y sus objetivos.

El protagonista estudió Administración de Empresas, en España, y finalizó la carrera en 2009. A partir ahí se vinculó al deporte olímpico. “Eso en definitiva es una carrera. Uno aprendió muchísimo en el deporte, y eso lo estoy aplicando en mis proyectos ambientales”, dice.

Las dos responsabilidades que asume, la deportiva y la personal, lo mantienen ocupado. Pero su tarea más fuerte está en lo ambiental. Yago realiza proyectos en ese aspecto del lado de la educación, junto a colegios, del lado de la limpieza, junto a organizaciones, y también otros específicos deportivos o sustentables con comunidades con intereses particulares.

“Me siguen atrapando los dos, si bien no compito internacionalmente, estoy todos los días en el agua porque vivo en Mar del Plata. En el mar entreno y también realizo las otras actividades, ambos son mi equilibrio para lo que hago”, aclara.

La cantidad de botellas plásticas fue lo que más lo sorprendió al limpiar ríos y playas: “Son miles. Lo que se llama ‘microplástico’ se ve mucho en la costa del Río de la Plata, y eso es muy difícil levantarlo. Lo que me llama más la atención es que el plástico es parte de la naturaleza. Inclusive, en la Patagonia, encontramos cosas plásticas de los años 80 en perfecto estado. La industria pesquera contaminó durante varios años, y hay mucha basura acumulada por esa industria. Creo que hay que entender que el plástico no desaparece, y considerar qué estamos haciendo con nuestros residuos, y tratar de que se gestionen de manera correcta. Me parece algo prioritario en el país, donde cada vez se está hablando más del problema de los residuos”.

El destino de la basura

“Nosotros contactamos cooperativas o empresas recicladoras para intentar gestionar de la mejor manera los residuos. Hay un problema que es que muchos residuos terminan como relleno sanitario por el estado en el que están, pero siempre le buscamos la vuelta a la correcta gestión de residuos. De todas formas, lo que proponemos en las limpiezas no es la solución final, sino que es una gran plataforma de educación y vínculo ante un problema, y entender y conversar qué podemos hacer más allá de limpiar. Hay que saber qué materiales podemos evitar, como la gran cantidad de botellas de agua que hay en el sistema: poniendo un filtro se puede reutilizar, en lugar de usar y tirar”, explica Lange.

La parte de la concientización es un punto clave para que la gente pueda conocer toda esta problemática. “Genero un diálogo y una comunicación, porque las limpiezas son ese lugar de encuentro y accionar. Por fuera de las limpiezas, en las charlas educativas que ya recibieron más de 16 mil chicos en distintos colegios, se habla de los productos que consumimos y la manera de hacerlo, en este caso por los residuos que quedan en la tierra. Yo siento que colaboro y comunico, más que concientizar lo que hay que hacer”, remarca con determinación.

Lange trabaja en proyectos específicos, y esa nueva faceta le da la oportunidad de vincularse al ambiente, y obtiene así un beneficio para poder vivir. El considera que las empresas nuevas tienen ahora la pata económica, social y también la ambiental, y que en las personas también está ese foco.

El joven de 33 años es el director de Parley for the Oceans, entidad encargada de organizar limpiezas en las costas del Río de la Plata y el océano Atlántico en diferentes puntos de la Patagonia, como así también la realización de campañas de concientización. Lange será uno de los jurados, desde un ángulo de sustentabilidad, que considere los proyectos de Red Bull Basement, un programa global que se hace por primera vez en Argentina y convoca a chicos universitarios de todo el país a presentar sus ideas innovadoras para cambiar el mundo.

“La responsabilidad que tengo con la entidad -expresa- es hacia mí, el compromiso de hacer cosas reales, y de plantearme a largo plazo. No puedo pretender que el río esté limpio mañana. La posibilidad de acercarme y ver lo que se puede hacer es muy interesante”.

La dirigencia política tuvo un acercamiento con Lange por lo que efectúa, y si bien él señala que no es un área donde se sienta fuerte, cree que “el ambiente es para todos. No hay un único partido político que tiene que hacerse cargo, esto es parte de todos. Desde esa base siempre busco colaborar. Creo que cada día hay una presión más grande del lado de la sociedad, y es un movimiento que necesita lo micro y lo macro. En este último, tal vez podemos hablar de una ley en la cual cada ciudadano pueda hacer algo por el ambiente”.

En ese sentido, se pudo avanzar y se formó Combo Comunitario, un proyecto muy interesante que se potenció en la pandemia, y consiste en una correcta gestión de los residuos por parte del ciudadano, sin esperar nada a cambio ni nada que se haga cargo otro. La basura orgánica es el 50% de lo que se genera en los hogares, y con esto se puede autogestionar de manera positiva. En algunas de las 100 limpiezas de playas se llegó a juntar más de diez mil kilos de residuos.

“La parte más positiva de la pandemia -agrega Lange- fue la charla con los chicos a través del Zoom, y se pudieron desarrollar proyectos particulares. Me di cuenta que esta juventud viene muy fuerte y con ganas de cambiar esta realidad. Esas son las semillas de esperanzas que están vinculadas a todas las familias, porque los jóvenes son los que empujan a los padres”.

Las posibles soluciones a este problema se inician con la separación de los residuos. “El que pueda separar los residuos y no ponerlos en la misma bolsa, es una gran aplicación. Por ejemplo, este año me guardé durante seis meses los residuos que generé adentro de mi casa, y con eso pude entender mi consumo y ver la separación correcta de los mismos. También tengo mi huerta y con eso me doy cuenta la conexión que hay con la naturaleza. Es lo mejor que puedo hacer por el bien del medio, es un proceso de regeneración”, indica. Lange, con su visión, transmite mucho más que entusiasmo y coraje.

Nota: AHORA CALAFATE – Nicolás Cassese LA NACION y Adrián De Benedictis.