El activista mapuche Facundo Jones Huala vivirá en Cushamen, en el noroeste de Chubut, una vez que se cumpla el trámite de la repatriación a la que tiene derecho, según las leyes. Está en libertad condicional luego de pasar siete años detenido por el incendio de una vivienda y la tenencia de armas en la zona de Valdivia. Vive ahora en una comunidad de Temuco y debe presentarse diariamente ante el organismo estatal que controla el régimen que desde la semana pasada le permite no estar entre rejas.
El diario Río Negro pudo reconstruir, sobre la base de testimonios de allegados, cómo es la vida de Jones Huala desde que dejó la cárcel. De las averiguaciones realizadas en Chile surge además el dato de que planea instalarse en Cushamen una vez que la Justicia y el gobierno chilenos aprueben el trámite internacional para que cumpla en Argentina -cuya nacionalidad le corresponde- el resto de la pena, que se extenderá por los próximos dos años.
No tiene tobillera, vive en una comunidad mapuche de la zona de Temuco y viaja a la ciudad todos los días a dar fe de su voluntad de respetar las normas de la libertad condicional. Hace casi una década, cuando estaba con prisión preventiva por el delito por el que terminó condenado, quebró el régimen que le permitía al beneficio y huyó hacia Argentina, desde donde un pedido de extradición lo devolvió a Chile.
“Cushamen es la tierra de Trinidad Huala y Sebastián Jones, los abuelos de Facundo”, le respondió a este diario una persona que suele compartir la vida en libertad del referente mapuche.
Jones Huala rechaza desde que salió en libertad los contactos con el periodismo. “A algunos personajes les gusta mucho la prensa; parecen estrellitas de rock”, le dijo este fin de semana a un periodista que lo abordó para arrancarle una declaración.
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