El posteo de Mauricio Gómez Bull en defensa de Máximo y Cristina

Hasta ayer aún se escuchaban los ecos de las voces de hace cuatro días atrás de un nuevo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en donde millones de mujeres salieron a las calles de Argentina para mantener latente la lucha por la igualdad, el reconocimiento y cumplimiento de sus derechos. Hoy, 12 de marzo, tras transcurrir apenas 24 hs de un gravísimo hecho de avasallamiento contra la integridad física de nuestra conductora, Cristina Fernandez de Kirchner, curiosamente solo se escucha silencio.

Nosotros que flameamos la bandera de un país más justo e igualitario nos callamos y nos dejamos amedrentar ante un hecho de violencia premeditado contra nuestra vicepresidenta. Aquella compañera que en el año 2009 promulgó siendo Presidenta de la Nación la LEY DE PROTECCION INTEGRAL A LAS MUJERES y que promovió como nunca antes en la historia de nuestro país políticas de género.

Esa Ley, la 26.485, hoy 27.533 por sus modificaciones, que tiene como fin visibilizar, prevenir y erradicar la violencia política contra las mujeres, dice bien claro en el inciso del Artículo 4°- Violencia pública-política contra las mujeres: aquella que, fundada en razones de género, mediando intimidación, hostigamiento, deshonra, descrédito, persecución, acoso y/o amenazas, impida o limite el desarrollo propio de la vida política o el acceso a derechos y deberes políticos, atentando contra la normativa vigente en materia de representación política de las mujeres, y/o desalentando o menoscabando el ejercicio político o la actividad política de las mujeres, pudiendo ocurrir en cualquier espacio de la vida pública y política, tales como instituciones estatales, recintos de votación, partidos políticos, organizaciones sociales, asociaciones sindicales, medios de comunicación, entre otros.

Esto pasó, compañeros y compañeras, atentaron contra la que se banco absolutamente todo, la que los enfrentó sin dejar sus convicciones de lado, la que nos dejó leyes como ésta para proteger aquellas voces femeninas que representan a los más de 40 millones de argentinos y argentinas, la que nos enseñó que este país puede ser para todos y todas, y que esa debe ser nuestra construcción diaria.

Entonces no podemos permitir que se callen nuestras voces. ¡No, compañeros y compañeras!, y mucho menos cuando atentan contra quien nos dotó de herramientas para erradicar estos hechos. Hagamos valer la institucionalidad del Congreso de la Nación, el principal órgano portador de voces que no permite silenciarnos, y que sepan que si atentan contra Cristina, atentan contra todas y todos nosotros.

Ya lo dijo Néstor Kirchner allá por el año 2005 cuando era Presidente en su discurso en el Plan de Desendeudamiento con el FMI:

“Nuestro futuro será hijo de nuestra capacidad para articular respuestas colectivas y solidarias de nuestro compromiso con la defensa del interés conjunto. Intentando superar el infierno en que caímos, sabemos que estamos recuperando la esperanza y que debemos adueñarnos de las herramientas para construir nuestra autonomía.”

Por Cristina y por Máximo, que nunca estarán solos.