La policía ya tendría indicios de quiénes podrían ser los autores del ataque y se presume que se movilizaban en un auto desde donde dispararon alrededor de nueve balzos de grueso calibre.
La mayoría de ellos impactó en el lateral derecho de un automóvil de antiguo modelo tipo rural y otros perforaron los vidrios de las ventanas de la casa, alojándose en las paredes interiores.
En ese lugar vive un matrimonio de apellido Martínez que se hallaba durmiendo cuando se produjo el serio incidente, pero nadie resultó herido.
Los vecinos consultados por este medio dijeron que no escucharon los estampidos y en el lugar se hicieron presentes efectivos policiales de la Seccional Segunda que acordonaron con cintas plásticas el área para permitir que personal de la División Criminalística realizara una minuciosa inspección.
Más tarde trascendió que la hija del matrimonio había estado en un local bailable nocturno acompañada por una amiga, la cual se cruzó en ese lugar con su expareja.
Se trataría de un individuo de apellido Díaz, quien la habría amenazado de muerte y creyendo que la misma había ido a refugiarse a la casa de los Martínez, acudió con otro sujeto a balear el auto estacionado y la casa de referencia.
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