El Papa se reunirá esta semana con representantes de los pueblos First Natios, Inuit y Métis por separado y luego en una audiencia el viernes con todos juntos para admitir el “mea culpa” de la Iglesia y poner también en debate las políticas de asimilación forzada que los gobiernos anglosajones practicaron contra los indígenas en Norteamérica hasta el siglo XX con complicidad eclesial.
Los representantes indígenas llegaron el fin de semana a Roma acompañados por obispos canadienses bajo el lema “Caminando juntos hacia la curación y la reconciliación”.
Al mismo tiempo, fuentes vaticanas informaron a Télam que el Papa podría anunciar esta misma semana un esperado viaje a Canadá para fines de julio, con el que buscaría ir a pedir perdón personalmente a víctimas y comunidades.
Los casos de abusos se dieron en muchos de los 139 internados organizados por el Estado canadiense para imponer las tradiciones occidentales a unos 150.000 nativos de entre 3 y 16 años, que fueron gestionados en muchos casos por instituciones católicas anglicanas y protestantes, que ya trabajaban en ámbito educativo y estaban presentes entre los indígenas.
Según las investigaciones que salieron a la luz en los últimos años, en estos internados estaban malnutridos, se les prohibía usar su nombre, su idioma y debían asimilar la cultura cristiana. También se han destapado episodios de violencia, castigos o abusos.
De acuerdo a las estimaciones de los pueblos indígenas, unos 4.100 niños fallecieron en estos internados y muchos fueron además enterrados en fosas comunes sin identificación.
Como antecedente a las reuniones que Francisco encabezará esta semana, en 2009 grupos de indígenas canadienses se reunieron con Benedicto XVI y apreciaron su petición de perdón.
A fines de 2015, la Comisión de la Verdad y Reconciliación canadiense hizo público un informe con 94 “llamadas a la acción” incluido un pedido para que la Santa Sede pidiera disculpas a los sobrevivientes de las escuelas residenciales y a sus familias por el papel de la Iglesia católica “en el abuso espiritual, cultural, emocional, físico y sexual de los niños de Firsts Nation, Inuit y Métis en las escuelas Católicas residenciales”.
En 2017, Francisco recibió en el Vaticano al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en un encuentro privado con la “reconciliación” entre la Iglesia y las comunidades indígenas del país norteamericano como uno de los ejes.
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