La Cámara de Diputados de México rechazó este lunes, tras una sesión de 12 horas, la reforma constitucional del sector eléctrico impulsada por el presidente Andrés López Obrador, que planteaba revertir la liberalización del sector, aunque horas más tarde el oficialismo se anotó un triunfo al cumplir su anuncio de que avanzaría entonces con la nacionalización del litio, aprobada en el cuerpo y girada ya al Senado.
Con 275 votos a favor, 223 en contra y sin abstenciones, el partido oficialista Morena no alcanzó los dos tercios de los votos que necesitaba para la aprobación de la reforma del sector eléctrico.
Los diputados de la opositora coalición Va por México -Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD)- lograron que el dictamen que pretendía reformar la Constitución de México en materia de energía fuera desechado, informó la agencia de noticias Europa Press.
Pero entonces Diputados llamó para este lunes mismo a discutir el proyecto gubernamental para estatizar el litio, aprobado con 298 votos y 197 abstenciones, sin pronunciamientos en contra.
Toda la oposición se abstuvo y después se retiró del recinto en protesta por los tiempos de discusión de la iniciativa, con la que López Obrador había amenazado la semana pasada si no se lograba el visto bueno a la reforma eléctrica.
La relevancia de esta iniciativa sobre el litio radica en la importancia del mineral para la transición energética, porque el metal tiene una alta capacidad de almacenamiento de energía eléctrica y México tiene reservas entre las más importantes del mundo.
La reforma eléctrica planteaba delimitar la liberalización del mercado, para revertir la “desaparición de las empresas energéticas del Estado” que provocó la reforma constitucional del 2013, según el presidente mexicano.
El Gobierno argumenta que, tras esa modificación de la Carta Magna, las empresas privadas nacionales y extranjeras reciben subsidios mientras que los pequeños consumidores pagan altas tarifas.
El proyecto de reforma constitucional proponía que al menos 54% de la energía fuera gestionada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), contra el 38% que maneja actualmente y el 62% en manos de privados y extranjeros.
La oposición rechazó la reforma porque considera que llevaría a un aumento de las emisiones de gases contaminantes y a un encarecimiento de la electricidad, algo que el propio presidente de México desmintió en más de una ocasión.
“Toda la campaña en contra se ha desarrollado a partir de que nosotros queremos tener plantas que producen energía sucia y que no estamos aceptando la nueva realidad. Todo eso es falso”, replicó López Obrador.
Otro de los grandes opositores a la reforma fue Estados Unidos, que sostuvo que el dictamen podría perjudicar sus inversiones, por lo que planteó al Ejecutivo de López Obrador una serie de requerimientos.
Estados Unidos había advertido que la propuesta de reforma desataría “litigios interminables”, porque vulneraba las inversiones privadas estadounidenses en el país.
Para Washington, el cambio en las reglas de juego -con “normas retroactivas”- habría generado “inseguridad jurídica y perjuicios” en detrimento del “clima de inversiones”.
El proyecto también preocupaba a España por la presencia en México de Iberdrola.
Miriam Grunstein, del estadounidense James Baker Institute de Rice University, lamentó que los legisladores “no abordaron artículo por artículo de la propuesta, ni sus implicaciones en políticas públicas, ni sus implicaciones para las relaciones comerciales” del país latinoamericano.
“Estoy muy azorada por el grado de ignorancia que han demostrado diputados de todos los partidos. Fue un ir y venir de superficialidad inusitada en el congreso”, dijo la experta.
El rechazo de la iniciativa fue considerado por López Obrador como “traición a México” por parte de los legisladores de los cuatro partidos de oposición, que por primera vez en su mandato se unieron en contra de su Gobierno.
“Se cometió un acto de traición a México por parte de un grupo de legisladores, que en vez de defender los intereses del pueblo o de la nación, en vez de defender lo público, se convirtieron en francos defensores de empresas extranjeras que se dedican a medrar, a robar, y estos diputados respaldaron a los saqueadores”, dijo el jefe del Ejecutivo.
Ya antes de abrirse el debate sobre el litio, el mandatario ironizó con el hecho de que “los diputados traidores a la patria ni siquiera han tomado conciencia de lo que hicieron, no saben la importancia del litio y la ambición que despierta en las grandes potencias”.
“Nos reservamos la posibilidad de meter el litio en la Ley Minera, porque es un mineral estratégico para el desarrollo futuro, para desplazar el petróleo: no se va a poder modernizar la industria sin el litio”, prosiguió.
El Ejecutivo propone crear una empresa como la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE), esto es, un organismo autónomo descentralizado, especializado en litio.
En las sierras rocosas del centro del país y el noroeste desértico del territorio mexicano hay 1,7 millones de toneladas de reservas mineras de litio estimadas, que colocan a México entre los 10 países con mayores reservas de ese mineral.
Los partidos de la oposición afirman que la propiedad del Estado mexicano sobre el subsuelo, como los yacimientos minerales, ya está protegida en la Constitución y el desarrollo de la explotación del litio recién está dando sus primeros pasos.
Analistas del sector estiman que la demanda mundial de litio se multiplicaría por 10 antes de que finalice esta década, ante la demanda de firmas constructoras de vehículos eléctricos, como Tesla, Volkswagen o General Motors.
El oficialista Morena sumó hoy el respaldo de sus aliados Movimiento Ciudadano, Partido del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista de México (PVEM) para aprobar la declarar al litio como “un mineral estratégico en el desarrollo industrial y tecnológico”.
El oficialismo sumó, además, una victoria menor: el diputado Carlos Aysa Damas, hasta ayer del PRI, que votó a favor de la reforma eléctrica, se incorporó a la bancada de Morena.
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