En la madrugada del 15 de julio de 2010, tras una sesión de más de 15 horas, el Senado le dio aprobación al dictamen de modificación de la Ley Civil de Matrimonio para permitir la unión matrimonial entre personas del mismo sexo.
Con la sanción de esta ley, Argentina se posicionó entre los países pioneros en el reconocimiento de los derechos civiles de las parejas homosexuales. Esto lo convirtió en el primer país de Latinoamérica en contar con una legislación de este tipo y el segundo en América, tras la sanción en Canadá.
La Ley de Matrimonio Igualitario representó una conquista de derechos, con una larga trayectoria. Pero además dejó en evidencia una extensa batalla por la igualdad, la naturalización de la diversidad de familias y las garantías para que el colectivo LGBTIQ+ deje de ser objeto de discriminación. En un lenguaje más claro, tener la posibilidad de ser sujetos de derechos y poder amar de manera igualitaria.
El término “matrimonio igualitario” tomó una posición popular desde nuestro país y se extendió al resto de la región. Antes del 15 de julio de 2010 las parejas igualitarias no tenían reconocimiento legal, familiar, ni formal. Este proceso contó con 33 votos a favor, 27 en contra y 3 abstenciones.
0 comments