Lanzado de lleno en la carrera hacia las elecciones presidenciales del próximo año, el macrismo se halla inmerso en una dura interna entre los denominados “halcones” y “palomas” y el respaldo popular a la vicepresidenta Cristina Kirchner en medio del proceso judicial que enfrenta se convirtió en el campo de batalla donde se dirime la interna de Juntos por el Cambio.
Así lo dejó al desnudo la ex ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich al criticarle una supuesta tibieza a la hora de reprimir al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. En TN Bullrich mostró el principal orgullo de su gestión: “Yo cuando puse vallas no me pasaron nunca”.
Orgullosa de su “logro” Bullrich posteó el extracto de la entrevista que brindó en la que destacó su capacidad represora al tiempo que cuestionó la tibieza de Rodríguez Larreta para sostener la decisión de instalar vallas frente a la casa de Cristina Kirchner.
“Una vez que tomaste la decisión de poner las vallas, las mantenés y no te corres de ahí, porque lo que se está poniendo en duda no son las vallas, es lo simbólico, que es dónde está el gobierno. El gobierno está en el que mantiene el orden y no podés entregar ese orden”, disparó Bullrich contra el gobierno porteño. Y siguió: “La militancia era la que estaba haciendo el cordón y decidiendo cuándo cortaban la calle y cuándo no”. Sólo le faltó agregar “y no el gobierno de la Ciudad”.
Lo cierto es que luego de cuatro años el gobierno de Mauricio Macri tenía poco y nada para mostrar en su intento por lograr la reelección. La pobreza había aumentado, la inflación se había disparado, el desempleo había crecido, la deuda se había multiplicado, la recesión se había profundizado, había aumentado la precarización laboral, el poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones había caído. A nivel económico y social el macrismo no pudo mostrar en 2019 ni un solo indicador positivo.
Ahora Bullrich parece haber encontrado el “punto fuerte” de aquella gestión: su capacidad a la hora de reprimir la protesta social.
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