La contundente victoria del rechazo a la propuesta de nueva Constitución en el plebiscito de este domingo en Chile parece haber dado mayor margen de acción a la derecha para negociar un posible nuevo proceso constituyente, indican analistas, mientras otros advierten sobre los posibles conflictos dentro de la coalición oficialista del presidente Gabriel Boric con los sectores más radicales de la izquierda para avanzar en reformas a la carta magna, que data de la época del dictador Augusto Pinochet.
“La derecha razonable había prometido continuar con el proceso constituyente y en los próximos días veremos si eso se materializa o no”, señaló a Télam Javier Couso, abogado constitucionalista y académico de la Universidad Diego Portales de Chile.
Frente a este escenario, Couso manifestó que la aplastante victoria de la opción rechazo, que obtuvo el 62% de los votos, podría poner en peligro la posibilidad de que los sectores más moderados de la derecha mantengan dicho compromiso.
“Muchos de la derecha se van a ver tentados a decir ‘bueno, quizás hay revisar si efectivamente hay tal mandato de una nueva Constitución’. Van a ser días críticos los que vienen, porque vamos a saber si tendrá o no Chile una nueva Constitución”, señaló.
Por su parte, Marcelo Mella Polanco, politólogo de la Universidad de Santiago de Chile, apuntó más a los bloques oficialistas sobre dar los primeros pasos en el Congreso, especialmente ante la posibilidad de algún conflicto interno con sectores más radicales de la izquierda.
“Este escenario creo que a los dos bloques del Gobierno, Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, le genera una posibilidad de conflicto con sectores que están a la izquierda del Partido Comunista, que podrían entender que se cometieron errores en las coaliciones y que explican este desenlace catastrófico que hemos tenido ayer para el Gobierno y para la coalición oficialista”, señaló Mella a Télam.
Mella consideró que al menos en el caso de Socialismo Democrático, es factible que haya más facilidades “para relacionarse y para construir acuerdos y mayoría parlamentaria de 4/7”, con el fin de “reimpulsar el proceso constituyente” con sectores liberales de la derecha, representados en partidos como Evópoli, Renovación Nacional y la Unión Demócrata Independiente (UDI).
“No me parece que el poder de veto lo tenga a la derecha, el poder de veto lo tiene un gran arco de partidos y, si hay que ser más específico, yo diría que el poder de veto hoy día o el control de este proceso lo tiene fundamentalmente el Socialismo Democrático y particularmente el Partido Socialista”, justificó Mella.
En este sentido, el politólogo explicó que con la fórmula 4/7 el oficialismo necesita sólo algunos votos de la derecha liberal y así poder alcanzar los quórums de reforma y reimpulsar el proceso constituyente.
En relación a las claves del rechazo a la nueva Carta Magna, ambos analistas consultados por Télam coinciden que la actuación de los convencionales constituyentes fue un factor decisivo.
Couso indicó que “muchas personas eligieron a líderes interesantes” entre las listas de independientes, que parecían desmarcarse del “eje ideológico izquierda o derecha”, pero que “su ideología la descubrieron después, y estaban objetivamente a la izquierda del votante medio chileno”.
Mella, en tanto, señaló que la actuación de los convencionales fue un factor de “desprestigio y de pérdida de legitimidad” a un proceso que había tenido en el inicio el 80% respaldo en el plebiscito de 2020 y que se revirtió con el resultado del domingo.
“Claramente la actuación de los convencionales no fue un factor que facilitara que esos niveles de respaldo se mantuvieran”, explicó Mella.
Asimismo, apuntó que si la Convención Constitucional hubiera logrado cumplir acuerdos con la inclusión de las propuestas de la derecha liberal, el nuevo texto no habría sufrido tal descalabro.
Según Mella, el hecho de que Boric se convirtiera en actor principal del proceso constituyente terminó siendo un “error estratégico tremendo”, considerando que tiene “alrededor de 50 y tanto por ciento de rechazo o de oposición en las encuestas de opinión”.
“Creo que lo que predominó ahí es el voluntarismo y no entender cuáles son las condiciones de apoyo social que tenía y que tiene el Gobierno hoy día”, argumentó.
El contenido poco homogéneo de la nueva propuesta constitucional, sumado a la campaña de “fake news”, fueron elementos preponderantes que “explican la derrota”, según Couso.
“Cosas que la ciudadanía no entendía, como plurinacionalismo, que era un concepto muy abstracto, y que las fake news se encargaron de decir que eran cuestiones que iban a desintegrar al país, se hablaba incluso de que se iba a terminar el himno, la bandera, etc”, advirtió Couso.
Mella también aludió al diseño institucional del Poder Legislativo, que calificó como “claramente carente de equilibrio” y en el que el margen de maniobra para la oposición quedaba prácticamente sesgado.
“Existía la aprehensión de que el diseño del Poder Legislativo iba a propiciar un sistema político donde si uno ganaba el Gobierno y ganaba la Cámara Baja se lo llevaba todo y la oposición prácticamente no tenía espacio político de maniobra”, explicó.
A juicio del académico, “tiene cierto fundamento esa crítica”, así como otros elementos contenidos en la nueva Constitución propuesta, como el tema de los derechos de agua y los articulados transitorios.
Según adelantaron desde ambos sectores políticos, buscarán entregar lineamientos claros del nuevo proceso constituyente antes del 11 de septiembre, cuando se cumplen 49 años del Golpe de Estado de 1973, una fecha simbólica para la historia chilena y la actual Constitución, por lo que esta semana sería clave para el oficialismo, que seguramente afrontará cambios en el gabinete.
0 comments