Lisandro De La Torre juró como fiscal ante el Tribunal Superior de Justicia

El nuevo jefe de los fiscales asumió este mediodía tras prestar el juramento de rigor, que hizo en nombre de su Provincia. Lisandro de la Torre prometió que irá por un sistema de acusación moderno.

En una ceremonia celebrada en el primer piso del Tribunal Superior de Justicia de Santa Cruz, su presidenta, Paula Ludueña, acompañada por las vocalas Alicia de los Ángeles Mercau, Reneé Fernández y el vocal Fernando Basanta, tomó juramento en el cargo de Agente Fiscal ante el máximo tribunal, a Lisandro de la Torre.

Propuesto por el Ejecutivo y cuya designación fue avalada por la Legislatura, juró a las doce del mediodía “por el Pueblo de Santa Cruz” y al término de la ceremonia sostuvo que trabajará “junto a cada uno de los fiscales de la provincia para fortalecer y construir entre todos un sistema de acusación acorde a los tiempo que corren, y a las necesidades de nuestra población”.

De la Torre, que antes fue ministro de Seguridad y uno de los artífices de la nueva Ley de Seguridad Pública, agradeció “tanto al Poder Ejecutivo como al Legislativo, el Tribunal Superior y todo el Poder Judicial, por hacer posible que un santacruceño como yo pueda estar en un lugar de tanta responsabilidad”.

Finalmente, aseguró que “voy a trabajar día y noche por la calidad institucional y siempre a disposición del Pueblo de Santa Cruz, con fiscalías abiertas a la comunidad”.

NUEVA DEFENSORA GENERAL DE SANTA CRUZ

Fue el pasado lunes cuando se tomoel juramento de Romina Saúl y se destacó allí el rol de la defensa pública.

La presidenta del TSJ, Paula Ludueña, fue quien tomó el juramento ante la presencia de integrantes de la Magistratura, el Ministerio Público Fiscal, de la Defensa, funcionarios y funcionarias.

Tras asumir, la nueva Defensora General de la Provincia agradeció el reconocimiento a su trayectoria de varios años al frente de una Defensoría Pública Oficial de Primera Instancia, espacio que constituye la puerta de acceso a la justicia para diversos grupos de personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.

En este sentido, Saúl sostuvo estar hoy en la Defensoría General representa un desafío para “seguir ampliando el acceso a la justicia, removiendo obstáculos, en vista a los nuevos derechos, a las diversidades, a la progresividad de los derechos de la niñez, a los derechos de las personas privadas de libertad, al reconocimiento de los derechos de los adultos mayores, de las personas con discapacidad y de las personas con padecimientos mentales”.

La defensa pública trabaja sobre un abanico es muy extenso, sin embargo “tenemos el entrenamiento que nos da la amplitud de competencias de haber transitado la defensa pública multifuero”, destacó.

Destacó especialmente la tarea de defensores y defensoras de la provincia porque “en sus tres instancias es arduo” y “se incrementa cada día con la situación socio económica que afecta a las familias”. Ante esto, “el acceso a los derechos, las diversidades y nuevos paradigmas requieren que nos capacitemos constantemente para estar a la altura de las situaciones que se nos presentan y que son múltiples acciones individuales en relación a cada persona y a cada caso”, marcó.

La Defensora General indicó luego que muchas veces el trabajo de las Defensorías queda invisibilizado, sin embargo “lo que obtenemos como devolución es él agradecimiento de nuestros clientes, que es lo que nos da el impulso y la energía para seguir cuando estamos exhaustos por el volumen de causas”.

De este modo, se ocupó de “reconocer el gran trabajo de los empleados que trabajan en la defensa pública en toda su magnitud, porque sin ellos no sería posible abordar la multiplicidad de las problemáticas de nuestros clientes. Nuestro objetivo es ser útiles para alguien, combatimos la frase que dice que ‘no se puede hacer nada’, porque siempre se puede, y si no figura en el Código Procesal, ahí está la creatividad del funcionario o empleado para dar una solución, que a veces no es total, pero el fin es poner nuestro granito de arena”, ya que- según manifestó- “un cargo o una firma sirven para algo si a través de ellos podemos ser útiles para alguien, de lo contrario tenemos que dedicarnos a otra cosa”.