Como resultado de esa recorrida dijo que la denominada villa turística “es un paraíso para pocos, porque la mayoría de la población vive un infierno sin agua, sin cloacas, sin transporte, por lo cual bien vale también decir que El Calafate es el paraíso de la desigualdad”.
El candidato a gobernador por el mencionado lema que integra el frente electoral “Por Santa Cruz” denunció que “basta alejarse de las postales que se muestran en el resto de la Argentina e internarse apenas algunas cuadras para llegar los barrios y ver terrenos, casas y mejoras sin servicios de salud, sin redes de agua y sin otros servicios esenciales”.
En esa misma línea lamentó que “el acueducto que fue creado en el año 2011 y que iba a abastecer a 60.000 habitantes hoy no puede brindarle el vital elemento a los 22.000 pobladores que la habitan actualmente, debido a las continuas roturas y falta de mantenimiento e inversión. Esa es la realidad que nada tiene que ver con las selfies de la casta más acomodada de la política de Santa Cruz”.
Por otra parte manifestó que “en el casco céntrico seguimos viendo aguas servidas producto de una red cloacal colapsada, que recorren calles y decantan en la laguna Nimez, que es una reserva natural de protección de aves, pero sólo en los papeles, porque acá no se protege a nadie ni a nada”.
Además, destacó su “orgullo” por el trabajo que realiza la Asociación civil “Sol brillante” integrada por 27 jóvenes que, en silencio y denodado esfuerzo generan actividades y talleres destinados a personas con discapacidad.
Por otra parte resaltó que otras asociaciones civiles, iglesias y docentes “nos plantearon problemáticas ligadas a necesidades de la población y la falta de equidad que viven todos los días ya que sus integrantes son discriminados y presionados por no ser amigos del poder local o provincial”.
En tal sentido afirmó que se comprometía a cambiar las cambiar las malas prácticas “de un modelo acabado que es producto del egoísmo y del clientelismo político”.
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