Así, el valor que regirá desde hoy para la harina 000 quedó establecido en $ 2.290 para las bolsas de 25 kilogramos y en $ 89.882,5 en el caso de la tonelada, tomando como referencia un precio del trigo de $ 48.294,63 la tonelada.
Los nuevos precios representan un aumento de 6,91% respecto del último incremento fijado a mediados de junio, que fue del 7,6%.
Las subas tienen en cuenta como referencia las variaciones del precio FAS del trigo en un 40%, la de la inflación mayorista en un 30% y la de los salarios en el otro 30%.
Desde marzo de este año se dispuso compensar únicamente la bolsa de la harina 000, abandonando el subsidio para la 0000 común, y para la de trapera y semolín, además de dejar de fijar valores base para gluten, premezclas, harinas acondicionadas especiales e integrales.
El cambio, efectuado mediante la resolución 319/2023, se fundamentó en que el “escenario climático actual resulta gravemente desfavorable para la producción agrícola nacional”.
No obstante, desde este mes se reincorporaron la harina 000 calidad 24/26, y la 000 calidad 26/28, que tendrán un precio de hasta $ 2.519 y $ 2.748, respectivamente.
Los precios en todas las variedades son sin impuestos, a la salida del molino y sin costos de entrega; y a ellos se les debe incorporar los siguientes costos logísticos por región: ciudad y provincia de Buenos Aires, 3,50%; Centro, Cuyo y Litoral, 5,50%; NEA y NOA, 7% y Patagonia, 10,5%.
El aumento de hoy – señalan los considerandos- es “consecuente con la evolución del resto de los componentes del costo de los productos derivados de la harina de trigo”.
En los primeros siete meses del año se autorizó un incremento acumulado del 43,8% para el fondo, y de 76,1% si se lo compara a los valores de junio de 2022, muy por debajo del 71,2% acumulado de aumento del precio del pan francés en lo que va del año en el Gran Buenos Aires y del 115,7% que lleva en los últimos doce meses.
Esta diferencia se debe a que a los costos de salida de fábrica es necesario sumar los de distribución y los de producción en las panaderías.
El FETA se dispuso mediante el Decreto 132/2022 del 19 de marzo del año pasado, “debido el aumento sostenido del precio de los alimentos” que “impactó fuertemente en el trigo, el maíz, el girasol y sus derivados a partir del inicio del conflicto bélico entre la Federación de Rusia y Ucrania“
La implementación de los precios subsidiados procura garantizar un valor de referencia para el trigo en el mercado interno, “que permita conservar una estabilidad en la participación de la bolsa de harina como componente del costo de los productos que de esta se derivan”.
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