La tasa de variación anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en noviembre fue del 160,9% en Argentina, 18,2 puntos superior a la del mes anterior, y el índice mensual llegó al 12,8%, por lo que la inflación acumulada en los primeros once meses del año fue del 148,2%. Si bien aún no se conoce el dato de diciembre, los consultores privados esperan que el mes podría finalizar con una inflación de entre el 25% y 30%, por lo que la suba de precios acumulada de todo 2023 rondaría el 173% y 178%.
“Las medidas anunciadas por el gobierno en las últimas semanas provocaron un shock inflacionario inicial significativo”, explica el asesor financiero Federico Domínguez. Se refiere a que, en pocas semanas, se puso fin a los controles de precios, se devaluó el dólar oficial de 365 a 820, bajó la tasa de interés de los plazos fijos de 133% a 110%, se normalizó el sistema de importaciones, se envió un mega decreto de desregulación de la economía, una “Ley ómnibus” con reformas de todo tipo, y se anunció un ajuste fiscal por más de 5 puntos del PBI.
Todo eso generó un fuerte salto de precios, pero, según su mirada, este salto inicial será contrarrestado con una baja gradual en los próximos meses. “Es probable que la inflación de enero ronde el 20%, la de febrero el 12% y a partir de marzo o abril comencemos a tener una inflación de un dígito”, anticipa Domínguez. Y es que confía en que, a mediano plazo, estas medidas provocarán un shock de oferta que contendrá los aumentos de precios.
Walter Morales, presidente y estratega de Wise Capital, señaló a Ámbito, por su parte, que “la devaluación, el aumento impositivo (2% del PBI) y la eliminación de los subsidios van a traer más inflación, la que en el primer trimestre del año podría ser de 92%”. Considera que ese satos es “algo inevitable por la distorsión de los precios relativos” y anticipa que esta inflación va a ayudar a licuar el gasto público y la deuda del BCRA.
Para Domínguez, la inflación comenzará a desacelerarse en enero por varios motivos. “El primero es el aumento de la demanda de dinero, cero emisión para financiar al fisco y menor remuneración de pasivos monetarios. El segundo es que la recesión y el ajuste fiscal moderarán la demanda, lo cual reducirá el aumento de precios. El tercer factor es que durante diciembre se produjo gran parte del ajuste en los precios de los alimentos. El cuarto factor es la normalización del flujo de importaciones“, dice el analista.
Por su parte, el índice Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco Central (BCRA) mes a mes anticipa una inflación del 192% para 2024. Y la última estimación de la Organización para la Cooperación y del Desarrolllo Económicos (OCDE) señaló que la inflación promedio (no punta a punta, como se informa en Argentina) irá del 124% en 2023 al 157,1% el próximo año.
En su informe de perspectivas económicas, el organismo señaló que la tendencia a la suba de precios está siendo impulsada por la devaluación de la moneda y espera que eso persistirá durante 2024 por “la eliminación gradual de muchos controles cambiarios”.
Sin embargo, otras proyecciones son alarmantes. El banco británico EMFI Group, especializado en mercados emergentes, emitió un gravísimo informe sobre las perspectivas bajo el Gobierno de Javier Milei para el año próximo.
“La reducción de los subsidios a la energía y al transporte alimentarán la inflación, especialmente en la primera mitad del año. Sin embargo, la recesión ayudará a aliviar parcialmente parte de la presión sobre los precios. Esperamos que la inflación sea del 444% para finales de 2024, desde el 191% en 2023″, pronosticó la entidad inglesa.
0 comments