Pese a que el presidente, Javier Milei, afirmó que la gran mayoría de los jubilados no es pobre para justificar el ajuste en sus haberes, un reciente informe revela que, en verdad, el 73% de ellos sí está por debajo de la línea de pobreza si se toma una canasta básica más realista, que contempla su perfil de salud y nutrición.
“¿Sabés cuál es el segmento etario que menos pobres tiene en Argentina?”, se preguntó Milei al ser entrevistado la semana pasada por Jonatan Viale en TN. “Los jubilados”, respondió el periodista, citando que el ministro de Economía, Luis Caputo, había señalado que la pobreza solo alcanzaba al 15% de los adultos mayores. “Ah, ¿y entonces?”, contestó a su vez el Presidente, justificando el achicamiento en los ingresos de este segmento en los últimos tres meses.
Sin embargo, nuevas cifras aportadas por un informe de la Universidad Nacional General Sarmiento (UNGS) lo desmienten. Los investigadores calcularon cuál es el valor real de una canasta alimentaria para el adulto mayor, acorde a lo que los jubilados suelen consumir mensualmente debido a su perfil de salud.
“El valor de dicha canasta alimentaria del adulto mayor, calculado por el equipo de la UNS para febrero de 2024, fue de $136.631, es decir un 76% más que lo que estimaba el INDEC”, concluyó Carlos Martínez, integrante del Instituto del Conurbano de la UNGS, en una nota al respecto que publicó en el portal El Cohete a la Luna.
Martínez agregó que “a su vez, expandiendo esa canasta alimentaria a los demás consumos básicos, lo mínimo que necesitó en febrero de 2024 una persona mayor para no ser pobre fue $366.171”.
“Dentro del conjunto de las personas de 61 años o más que viven en la Argentina, la pobreza no sería del 15% ‘dentro de la gente mayor’, como afirmaron Caputo y citó Milei, sino de más del 73%, haciendo que prácticamente tres de cada cuatro adultos mayores sean pobres en la actualidad”, concluyó el investigador.
A esa cifra se llega por el hecho de que, de un total de 7,1 millones de personas mayores de 61 años en Argentina, hay 4,7 millones de jubilados o pensionados que cobran menos de $340.000, a los que se le suman 0,3 millones que reciben PUAM y 0,2 millones que cobran PNC asistencial, por lo que, en total, 5,2 millones son pobres.
“Esconder a cuatro de cada cinco viejos pobres en la Argentina es una forma de invisibilizarlos y disfrazarlos de casta privilegiada, ingrato y amargo tratamiento para quienes han atravesado toda una vida de trabajo y padecimientos”, cerró Martínez en su artículo.
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