El Consejo Agrario Provincial (CAP) de Santa Cruz habilitó la “caza deportiva” de ejemplares autóctonos en su territorio y encendió las alarmas porque, según indicaron especialistas, es una actividad que ya se venía realizando y que no tuvo los efectos deseados. En tanto, advierten que no hay justificativos para avanzar sobre estos animales y que hay alternativas que no incluyen la matanza.
La resolución 117/2024 del CAP estableció que, desde el 1° de abril al 31 de agosto, quienes cuenten con licencia habilitante expedida por la provincia podrán cazar animales nativos con un tope específico: zorro colorado (uno por semana), zorro gris (uno por quincena), puma (uno por semana) y guanaco (dos por día). A su vez, también permiten cazar especies exóticas sin límite, entre las que se encuentran el visón, el conejo europeo, la liebre europea y el jabalí.
“No hay un criterio técnico que respalde esta decisión. Es una práctica que se viene haciendo desde hace muchos años, hay lobby de productores ovinos que presionan para que se tomen estas decisiones”, explicó a TN el director científico de la Fundación Rewilding, Emiliano Donadio.
LA PRESERVACION DE LAS ESPECIES
La preservación de especies nativas comenzaron a ganar terreno hace varios años en las provincias y a medida que se evoluciona en diversas políticas, este tipo de acciones comenzaron a ser discutidas.
Particularmente en Santa Cruz, estas iniciativas “nunca funcionaron”, según explicó Donadio, que también es biólogo: “Esto fue tomando distintas formas. El puma y el guanaco llegaron a estar declarados como especie plaga, que se podían cazar todos los que se quisieran en cualquier momento”.
El especialista detalló que en el país hay especies de animales nativas y exóticas. Sobre el primer grupo, profundizó que “hay que conservar lo que hay, traer de nuevo lo que desapareció y aumentar la cantidad de las que queden pocas”. Justamente, el puma, el guanaco y los zorros son parte de la fauna autóctona argentina.
Donadio explicó que el puma sufre la desaparición de presas desde hace más de un siglo. Con la masificación del ganado ovino en la zona de la Patagonia, el guanaco se convirtió en un competidor por las pasturas y los productores comenzaron a deshacerse de los ejemplares. En esos movimientos también cayeron otras especies, como los choiques y las maras.
“Los pumas empezaron a comer lo próximo disponible, que fue las ovejas. Con eso, comenzó la campaña de erradicación de pumas”, expresó el biólogo, para describir un problema que viene de larga data. Es por eso que remarcó: “Tanto los pumas como los guanacos son fundamentales para nuestro ecosistema. Esto viene de décadas de intento de erradicación del depredador, que no funcionó y hoy hay alternativas para las que no hace falta matar”.
“Hay un equilibrio dinámico con las nativas, que no se mantiene estático, pero es un equilibrio. Cuando se traen especies exóticas se causa mucho daño a los ecosistemas”, detalló Donadio sobre los ejemplares que se permiten cazar en la provincia patagónica y que no son autóctonos.
Puso como ejemplo al visón, al que “trajeron para hacer pieles y está matando a un número enorme de aves en la Patagonia que encuentran un depredador de ese estilo al que no están acostumbrados”; al conejo europeo, que destroza los suelos porque “no hay depredador que los controle”, y al jabalí, al que “en Europa cazan los lobos, que acá no hay”.
Agregó: “Estos equilibrios se logran en miles de años. Está también el ejemplo de los ciervos axis en Corrientes, que van a generar una catástrofe ecológica en el noreste porque se reproduce a una tasa altísima y no tiene depredadores”.
El biólogo explicó que hay distintas soluciones que no involucran la muerte de ejemplares nativos: desde encierres de ganado para productores pequeños hasta perros especialmente entrenados conocidos como “perros protectores de ganado”, que suelen ser de gran porte, se reconocen parte del ganado y colaboran en el cuidado de las majadas de ovejas.
“Nosotros promovemos convertir al puma y a la fauna nativa en una oportunidad. El turismo de naturaleza basado en observación de fauna se aplica en África y en Sudamérica comienza a ser una opción. En entornos cuidados, en el pantanal brasileño los yaguaretés atraen turistas y en el Parque Nacional Torres del Paine, en Chile, comenzaron a implementar esto también con pumas”, explicó.
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