El creador de Tesla y dueño de X, Elon Musk, criticó este martes el sistema electoral de EEUU y citó como ejemplo al de Argentina, a poco de que se realicen las elecciones en ese país, donde Joe Biden busca ser reelegido y Donald Trump quiere volver al poder.
“Argentina contó manualmente el 99,9% de sus 27 millones de votos en papel en menos de 6 horas. No hay ninguna razón por la que no se pueda hacer aquí”, publicó en sus redes sociales la cuenta End Wokeness. Ese tuit fue compartido por el propio Musk, quien agregó: “Esto debería ser un requisito. Si Argentina puede hacerlo, ¡Estados Unidos también!”.
Antes, el empresario había denunciado que “las máquinas de votación electrónica y cualquier cosa que se envíe por correo son demasiado riesgosas. Deberíamos exigir únicamente el voto en papel y en persona”.
“Cuando se combina con boletas por correo, el sistema está diseñado para que sea imposible probar el fraude. No se deberían permitir las boletas por correo y los buzones de votación, ya que las cámaras en las mesas de votación en persona al menos evitarían el fraude a gran escala al contar cuántas personas se presentaron en comparación con los votos emitidos”, agregó en otras de sus publicaciones.
Los tipos de equipos de votación utilizados a lo largo de Estados Unidos varían según la ubicación. Para la votación en persona, la mayoría llenan las papeletas a mano y esas papeletas se insertan en un tabulador electrónico. En muchos casos esto sucede en el lugar de votación. En otros lugares las papeletas se recogen en un buzón de votación seguro, con reglas que rigen la cadena de custodia, y se llevan a una oficina electoral para la tabulación electrónica.
En algunos sitios los electores utilizan una computadora especializada para marcar sus papeletas electrónicamente. Esas papeletas se imprimen, son revisadas por el votante para asegurar su precisión y después insertadas en un tabulador en su lugar de votación.
Los tabuladores también cuentan las papeletas enviadas por correo en una oficina electoral local. Un pequeño número de jurisdicciones, en su mayoría en pequeñas ciudades de Nueva Inglaterra, no utilizan tabuladores y cuentan sus papeletas a mano.
Después del caos de las papeletas mal perforadas de las elecciones de 2000 (los llamados “hanging chads”), el Congreso proporcionó dinero para mejorar el sistema de votación. Muchas jurisdicciones optaron por máquinas de votación electrónicas para reemplazar sus sistemas de papeletas perforadas. Pero esas máquinas no producían un registro en papel: en su lugar, todos los votos fueron emitidos y registrados electrónicamente.
Durante años, los expertos en seguridad electoral expresaron su preocupación por estas máquinas de “registro directo” y la posibilidad de que alguien las manipulara. Un método más seguro, dicen, es un sistema que utiliza papeletas de papel y tabulación electrónica con revisiones y pruebas posteriores a las elecciones para garantizar que las máquinas registraron fielmente las elecciones de los votantes.
Durante la última década los gobiernos estatales y locales comenzaron a reemplazar sus máquinas sin respaldo en papel, un proceso que se aceleró después de las elecciones de 2016 y las revelaciones de que Rusia había escaneado los sistemas de votación de Estados Unidos en busca de vulnerabilidades. Actualmente, las máquinas sin respaldo en papel se utilizan sólo en Luisiana y en unas cuantas jurisdicciones en Indiana, Mississippi, Nueva Jersey, Tennessee y Texas, según Voto Verificado, un grupo que rastrea la tecnología de votación en Estados Unidos.
En las semanas posteriores a las elecciones de 2020 Trump y sus aliados hicieron numerosas afirmaciones sobre las máquinas de votación, incluido que su programa de cómputo se creó en países extranjeros y se diseñó para cambiar los votos por los candidatos deseados: “Con girar un mando o cambiar un chip, puedes presionar un botón para Trump y va a Biden”, dijo Trump en un discurso el 2 de diciembre.
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