La movilidad laboral cayó a mínimos históricos

Las  contrataciones de personal en junio de 2024, medidas a través de la tasa  de entrada -relación entre las incorporaciones de personal y la  dotación al inicio del mes- descendió a 1,3% de la nómina, un valor  extremadamente bajo en términos históricos. Solo en plena crisis en  junio de 2002 (1%), y en junio 2020 por influencia de la pandemia de  Covid-19 (0,7%), las incorporaciones tuvieron un nivel inferior al  actual, según la Encuesta de Indicadores Laborales de la Secretaría de  Trabajo.

Con 82.600 asalariados en el agregado de las empresas privadas registradas con  más de 10 trabajadores en relación de dependencia directa, fue el menor  nivel de incorporaciones brutas desde febrero de 2021, cuando la  economía estaba sometida a las medidas excesivas de Aislamiento Social  Preventivo y Obligatorio dispuestas por el presidente Alberto Fernández, y muy inferior al promedio mensual entre enero 2012 y noviembre 2023 de 127.649 personas.

Las  desvinculaciones de trabajadores de ese segmento también cayeron en  junio a mínimos desde julio 2021, cuando afectó a poco más de 93.400  empleados, muy lejos del promedio histórico de los citados 12 años de  128.153 personas.

Las  desvinculaciones de trabajadores asalariados en empresas con más de 10  empleados cayeron en junio a mínimos desde julio 2021, cuando afectó a  poco más de 93.400 empleados

La primera lectura que se hace de semejante contracción del mercado de trabajo formal  es que responde a las medidas de “ajuste” de las finanzas públicas del  nuevo gobierno, porque se sustentaron en mayores costos para las  empresas y sobre la suba del gasto de las familias derivados del  sinceramiento cambiario; el aumento de la alícuota del Impuesto PAIS; el  recorte severo de los subsidios a las tarifas de servicios públicos, y  del incremento del Impuesto a la Transferencia de Combustibles porque  había quedado desvinculado de la suba del precio; entre otras medidas.

Pero otra  lectura revela que en los 150 meses de estadísticas de cuatro  indicadores relevantes como son las tasas de entrada y de salida de  personal en empresas con más de 10 trabajadores anotados en el Sistema  Integrado Previsional Argentina, la variación neta del total del empleo  privado asalariado registrado (no incluye los ocupados bajo el Régimen  de Casas Particulares), y del Estimador Mensual de Actividad Económica  (anticipo del PBI), únicamente en 48 meses (menos de un tercio del  tiempo) se observan movimientos simétricos: 26 a la suba y 22 a la baja.

El  resto del tiempo no sólo se observan variaciones desincronizadas entre  los índices laborales y de actividad agregada, sino incluso entre los de  movilidad laboral y el resultado neto de la variación del total de  asalariados registrados en el ámbito privado.

De  los 150 meses analizados desde enero 2012, únicamente en 48 se  observaron movimientos simétricos entre las variaciones de las tasas de  entrada, salida, empleo neto asalariado registrado y EMAE

De  ahí se desprende que existen otros factores que tienen efectos sobre el  mercado de trabajo, tales como, principalmente, la alta resiliencia de  las empresas a afectar la nómina por haber llegado a puntos mínimos en  términos de la población total; la expectativas de cambios en la  legislación laboral, y la variación de los salarios reales que se han mostrado más sensibles a los cambios de ciclo de la economía, entre otros.

El informe de  la cartera laboral dio cuenta de que “las expectativas netas de las  empresas en lo referente a la contratación de personal para los próximos  tres meses se ubican en 0,9% de los consultados y muestran un repunte  significativo con relación al mes previo”.

Ese  relevamiento, llevado a cabo en la última semana de julio, arrojó que  únicamente 3,6% de las empresas esperan hacer cambios en su dotación de  personal. Se desagrega en apenas 2,3% del total que espera aumentarla y  sólo 1,3% proyecta disminuirla, resultando un neto expansivo en casi 1%  de los empleadores privados con más de 10 trabajadores en relación de  dependencia.

Además, la  EIL detectó que por rama de actividad, el sector con mejores  expectativas para la expansión de sus dotaciones es el de Transporte,  almacenaje y comunicaciones (2,8%), lo cual iría en consonancia con la  desaceleración de la contracción del empleo que se observa en dicho  sector en los últimos dos meses.

El  segundo sector con mayores expectativas positivas es el de la  Industria. En efecto, y a pesar de que la evolución del empleo sectorial  no muestra signos de detener su contracción, el 1,1% de las empresas  manifiesta expectativas netas positivas para la contratación de personal  en los próximos tres meses.

Las  expectativas netas de las empresas en lo referente a la contratación de  personal para los próximos tres meses se ubican en 0,9% de los casos y  muestran un repunte significativo con relación al mes previo

En  el otro extremo, las expectativas empresarias con relación al empleo en  el sector de Servicios comunales y personales y el de la Construcción,  plantean un escenario sin cambios para los próximos tres meses

Búsquedas insatisfechas

Con  el objetivo de analizar con mayor profundidad la demanda laboral, la  Secretaría de Trabajo calcula la tasa de búsqueda y la tasa de  no-cobertura por parte de las empresas privadas, para cubrir los puestos  vacantes, o eventualmente los que planificó agregar.

Se  entiende por “tasa de búsqueda” a la relación entre la cantidad de  puestos buscados durante el mes de referencia y la dotación de personal  de las empresas a fin del mes anterior. Incluye todas las altas  realizadas en el mes de referencia, es decir, aquellas búsquedas que  lograron cubrirse y los puestos no cubiertos en ese período. Por su  parte, la “tasa de no cobertura” se define como la relación entre los  puestos no cubiertos y el total de búsquedas realizadas durante el  período de referencia.

En junio  último la tasa de búsqueda de personal fue de 1,4% del total de la  nómina de empresas con hasta 10 empleados, fue el valor más bajo con  relación a los junio de años anteriores si se considera desde el inicio  de la serie (2007), y muy inferior al promedio de la serie de los  últimos 12 años que fue de 2,5%. Solo en mayo de 2020 (con la influencia  de la pandemia) se registró una demanda laboral menor a la actual.  Comprendió a 23,2% de los establecimientos.

La  tasa de no cobertura de puestos de trabajo se ubicó en 6,9% de la  dotación previa, afirma la tendencia creciente desde noviembre de 2022

Por  su parte, la tasa de no cobertura de puestos de trabajo se ubicó en  6,9% de la dotación previa, afirma la tendencia creciente desde  noviembre de 2022, aunque levemente por debajo del promedio de la serie  que fue de 7,3%, en junio involucró a 6,3% de ese segmento de empresas.