El costo de la Canasta Básica Total (CBT), que mide la línea de pobreza, aumentó 2,6% en septiembre. De este modo, una familia “tipo” necesitó $964.620 para no ser considerada pobre.
Según datos publicados este jueves por el INDEC, tanto la CBT como la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que se utiliza como umbral para evaluar la indigencia, subieron por debajo de la inflación general, que en el noveno mes del año fue del 3,5%. Para no caer en la indigencia, la misma familia mencionada anteriormente, compuesta por un varón de 35 años, una mujer de 31 años, un hijo de 6 años y una hija de 8 años, requirió un ingreso mínimo de $428.720.
La CBA se determinado tomando en cuenta los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un varón adulto de entre 30 y 60 años (considerado como “adulto equivalente”), de actividad moderada, cubra durante un mes esas necesidades.
Mientras tanto, la CBT incorpora bienes y servicios no alimentarios considerados imprescindibles para el desarrollo humano, contemplando qué porción de sus ingresos suele destinar la población al gasto en alimentos y qué porción al resto de los productos que consume.
Con los números difundidos en esta jornada, la CBA acumuló un incremento del 78,1% en los primeros nueve meses de 2024, mientras que el alza de la CBT fue de 94,6%. Ambas canastas crecieron menos que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del propio INDEC, que en el mismo período trepó 101,6%.
En términos interanuales, la comparación fue similar: la inflación general fue del 209%, la CBT aumentó 202% y la canasta alimentaria lo hizo en un 189,9%.
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