Más de treinta personas participaron del curso sobre Compostaje y Lombricultura organizado por el INTA a través del Programa Pro Huerta (INTA-Ministerio de Desarrollo Social de la Nación), que se desarrolló durante los meses de mayo y junio en la Estación Experimental Agropecuaria Santa Cruz, en Río Gallegos. En los encuentros se abordaron temáticas vinculadas a tipos de residuos, armado de pilas de compostaje, compostaje, lombricultura y modelos y usos de abonos orgánicos.
El curso estuvo a cargo de integrantes del equipo técnico de Pro Huerta Santa Cruz, los Ingenieros Agrónomos Santiago Toledo y Lourdes Senosiain. La metodología de trabajo de la capacitación consistió en encuentros semanales, los viernes de 14 a 16 horas, en los que se desarrollaron actividades teórico prácticas. Al inicio de cada encuentro se abordó la teoría y a modo de cierre se desarrollaron prácticas, en las que los participantes pudieron aplicar los conceptos.
Uno de los disertantes, el Ing. Agr. Santiago Toledo, explicó que “el objetivo del curso fue brindar información a los participantes de cómo lograr la elaboración de un abono orgánico natural en sus hogares y/o huertas familiares”. “Los destinatarios fueron personas que querían saber sobre el tema, para poder llevarlo a cabo en sus hogares como un emprendimiento familiar, es por ellos que la misma fue abierta a todo el público”, desarrolló.
El abono orgánico es de vital importancia para el programa Pro Huerta, ya que es el más apropiado para las huertas familiares, que en su mayoría producen para autoconsumo, enmarcados en un contexto de producción autosustentable y con enfoque agroecológico.
Los organizadores contaron que las prácticas se iniciaron con la identificación y clasificación de los residuos a emplearse en el compostaje y luego se procedió al armado de las mezcla de los residuos para las distintas pilas de compostaje llenadas. También en las prácticas se desarrollaron distintas formas de controlar la humedad, la temperatura y el pH en las composteras, por la importancia de estos factores en el proceso de compostaje.
La lombricultura constituye una variación de la tecnología del compostaje, en el cual se utilizan lombrices para acelerar la degradación de la materia orgánica. La lombriz trabaja cavando galerías en el suelo o en el compost, y como fruto de su ingestión muelen y humedecen las partículas en el tubo digestivo, efectúan sus deyecciones convertidas en un fertilizante orgánico muy rico en nutrientes denominado humus de lombriz.
Por ello, en los encuentros prácticos también se mostró a los participantes la identificación de las lombrices a emplearse en la lombricultura, mostrando tanto cocones, lombrices recién nacidas y adultas. Y por último lo que se desarrolló en forma práctica fue el reconocimiento de un compost y humus de lombriz terminado para apreciar sus características.
Toledo comentó que desde Pro Huerta realizan un balance positivo, “dado que se implementó una modalidad de dictado teórico/practica, la cual dio una respuesta en los participantes de la importancia y la necesidad que tenían de saber sobre el tema abordado” y recalcó que “el interés sobre el tema se reflejó en ellos por su acompañamiento a lo largo de todo el curso en sus diferentes módulos y siempre mostrando una respuesta de querer llevar lo aprendido y replicarlos en sus hogares”.
Toledo adelantó que “el próximo encuentro de capacitación que complementa este tema y lo continua es un curso de huerta agroecológica, que se desarrollará bajo la misma modalidad de dictado”.
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