Estuvo 16 meses preso por haber disparado contra un sujeto que ingresó a su casa con intenciones de robo. A pesar de que fue procesado por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, el fiscal resolvió en la primera jornada del juicio no mantener la acusación, por lo que un tribunal lo absolvió.
Pasó 16 meses preso en la Alcaidía de Pico Truncado por haber matado a un hombre violento que, en una noche de octubre de 2014, se había metido en su casa con intenciones de robar.
El juez y fiscal de instrucción, Leonardo Cimini y Sergio Gargaglione respectivamente, lo procesaron por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, un delito cuya pena puede ser de hasta 30 años de prisión.
Pero el fiscal de Cámara en lo Criminal de la Segunda Circunscripción Judicial, Carlos Rearte, fue el que impartió justicia: decidió no acusarlo, por no encontrar elementos para calificarlo como un homicida, sino que actuó en legítima defensa, por lo que inmediatamente salió absuelto, y eso lo ratificarán los jueces en la sentencia formal, consignó el sitio La Vanguardia del Sur.
Se trata de Carlos Fuentealba, un albañil de poco más de 30 años de edad, padre de tres hijos, y fue el único que declaró en este juicio abreviado, oral y público, realizado en la mañana de ayer en la ciudad de Caleta Olivia.
Cuando el presidente del Tribunal, Juan Pablo Olivera, luego de dos horas de juicio y tras el alegato del fiscal Rearte, informó al acusado quedaría en libertad, Fuentealba fue a abrazarse con sus familiares.
El abogado defensor, Alberto Luciani, sonrió satisfecho por la decisión y felicitó al fiscal Rearte por su “impecable” trabajo para hacer Justicia.
El caso ocurrió el 14 de octubre de 2014, cuando un agresivo hombre –conocido en Pico Truncado por sus antecedentes de violencia y hechos de sangre- entró a la propiedad de Fuentealba, y éste, en su desesperación, fue a buscar un arma de fuego, de 9 milímetros, y salió disparando contra el agresor que intentó escaparse, subiéndose a una tapia.
El caso conmocionó en su momento a Pico Truncado, por las situaciones que llevaron a Fuentealba a disparar a Víctor Hugo “Chavo” Romero, causándole la muerte.
“Yo no tiré para matar. Quería asustarlo”, recordó Fuentealba. También recordó que antes la víctima lo había hostigado y era conocido por su violencia.
Romero pudo escapar, correr unos metros hasta que cayó al piso moribundo. Fue allí cuando acudió un policía de franco, que volvía de trabajar, y que había escuchado los estampidos, e intentó salvarle la vida, pero ya era tarde.
Un elemento que se tuvo en cuenta en el juicio es que, al parecer, Romero no estaba solo, y que había una o varias personas esperándolo fuera de la casa de Fuentealba, dentro de un Chevrolet Corsa, gris, el cual luego se escapó de la escena.
Los policías investigadores encontraron al conductor de ese Chevrolet Corsa, días después, quien admitió que a Romero lo habían llevado a un lugar pero que no pensaban que iba a terminar así. Ese hombre no terminó preso.
Fuentealba, en tanto, temiendo alguna represalia, lo primero que hizo luego de haberle disparado a Romero fue levantar a su familia, y llevarla en su auto a la casa de un familiar.
“Nunca estuve prófugo. Sólo me fui del lugar para proteger a mi familia. Pero después de esa noche, al primer día hábil, me presenté voluntariamente a la Justicia, con mi abogado defensor”, aclaró el acusado que fue absuelto.
(Fuente: La Opinión Austral.)
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