La prevención es fundamental para evitar los incendios en verano

Los incendios forestales son elementos inevitables de la naturaleza. Sin embargo, si no son gestionados dentro de un sistema integrado bien organizado, pueden ocasionar daños en propiedades y vidas humanas así como perturbaciones en los ecosistemas naturales.

“Los incendios se apagan en invierno”. Es decir, la prevención es fundamental para evitar que las llamas arrasen cuando llega el calor.

Antecedentes

El CIMA Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera, elaboró un informe para la Tercera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático (TCNCC) donde destaca que “En los últimos cincuenta años, el mayor aumento de la temperatura media en el país se registró en la Patagonia. El incremento fue de más de un grado centígrado en algunas áreas, al tiempo que en la zona cordillerana patagónica disminuyeron las precipitaciones”.

Además, agrega: “La Patagonia se calentó más que el resto del país por una combinación de la reducción de la capa de ozono y el aumento de gases de efecto invernadero. Esa situación cambió la circulación atmosférica, lo cual favoreció a un aumento del viento norte”.

Un estudio reciente publicado en la prestigiosa revista Nature Geoscience, muestra que el agujero en la capa de ozono habría provocado un desplazamiento de los vientos en el hemisferio sur patagónico produciendo un cambio en los patrones de lluvias y, en consecuencia, en el crecimiento de los bosques.

En el estudio realizado por investigadores del CONICET sobre “ El agujero en la capa de ozono redujo las lluvias en la Patagonia” se analizaron los anillos de crecimiento de más de 3 mil árboles de araucaria (Araucaria araucana), ciprés (Austrocedrus chilensis) y coihue de Magallanes (Nothofagus betuloides) de la Patagonia argentina y chilena, y han descubierto que el agujero en la capa de ozono ha cambiado el patrón de los vientos del hemisferio sur, lo que implica que las lluvias en los bosques patagónicos se hayan visto reducidas. Esto complica la conservación de estas especies debido a una mayor incidencia de incendios y a una menor capacidad de recuperación frente a otras presiones ambientales, como enfermedades, competencia o el pastoreo intensivo.
Ricardo Villalba, investigador principal del CONICET en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) y autor principal del estudio, asegura que estas diferencias están relacionadas con la variación en la disponibilidad de agua y los cambios de temperatura en cada región.

“Las lluvias abundantes del sector norte de la Patagonia se desplazaron más al sur y por lo tanto llueve menos en el área”, dice Villalba; y explica “Que esta disminución en las precipitaciones estaría asociada a los cambios que provocó el agujero en la capa de ozono, fenómeno asociado a la Oscilación Antártica del Hemisferio Sur (OAHS).

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) tiene publicado datos que indican en la Patagonia un marcado aumento de la temperatura en los últimos 52 años cuyos valores más significados oscilan entre los 0,5 y 1 grados centígrados, calentamiento que se nota más en primavera y verano. Durante junio y julio último, se alcanzaron temperaturas por encima de los valores normales. Ese aumento de la temperatura media anual se debe al calentamiento global o a una variabilidad climática.
En la Patagonia, también se registra una disminución de la precipitación anual desde 1961, principalmente en la zona cordillerana, y al mismo tiempo al haber un aumento de la temperatura, hay menos nieve según las tendencias observadas por el SMN. Los valores más bajos se dan en el oeste santacruceño y chubutense.

Incendios

Si se hubieran tenido en cuenta los datos de las investigaciones destacando aumento de las temperaturas medias, disminución de las precipitaciones, menores nevadas, cambio en el patrón de los vientos y agregamos una deficiente vigilancia sobre el bosque que daba por resultado una mayor incidencia de incendios, no se hubiesen producido los devastadores incendios forestales en Chubut.

Cada vez las condiciones son más propicias para la iniciación de incendios (provocados o naturales) y su propagación, producto de las sequías y otros fenómenos climáticos.

Los incendios forestales afectan a toda la población, aunque uno no los vea. Lógicamente hay gente en las cercanías que es afectada directamente. Los problemas de tipo indirecto, como el daño ambiental, afectan a toda la población aunque estemos lejanos a la ubicación de los incendios. Hay un problema de calidad atmosférica y una pérdida de calidad de vida.

Los efectos pueden ser de corto plazo: se quemó el bosque, se dañó el suelo y al venir las primeras lluvias comienza la erosión; a mediano plazo: los patrones de regeneración se ven alterados y se da pie para un rápido desarrollo de las plantas invasoras; y el efecto a largo plazo, es el que afecta la biodiversidad y por sobre todo el acervo genético, es decir, hasta qué punto éste está siendo alterado por el tema de la recurrencia de incendios, por la mayor frecuencia de éstos.

Conclusión

Tomo las palabras del Ingeniero Forestal de la Universidad de Chile, Director de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), Aarón Cavieres que asevera que la detección temprana de los focos es la principal protección y que los incendios forestales se previenen en invierno y que se debe estar trabajando en prevención todo el año.

Se debería crear un foro de líderes en Manejo del Fuego, integrado por legisladores, investigadores, profesionales y brigadistas de todo el país para debatir temas críticos de incendios que afectan a las comunidades, los recursos y los ecosistemas, y trabajar en el desarrollo de una estrategia nacional de gestión de los incendios forestales.