Esa área protegida declarada por Ley provincial como tal, fue invadida hace unas noches, por alrededor de 13 perros que atacaron a los lobos marinos.
Lamentablemente dejaron un panorama desolador de devastación en la playa cercana a la Fundación CADACE.
Voluntarios y vecinos de la ciudad de Caleta Olivia, preocupados por la reiterada situación por la que atraviesan los lobos marinos, se contactaron para dejar constancia del desastre ambiental que producen los perros cimarrones, que no son más que perros abandonados por la gente en las rutas o campos aledaños a esa ciudad, y que en sus ansias por sobrevivir se alimentan de lo que encuentran.
Las imágenes que acompañan a ésta nota, tomadas por referentes de Fundación CADACE y una voluntaria de una protectora que estuvo en el lugar después de lo ocurrido, muestra la triste realidad por la que pasan estos animales, que en otros lugares son cuidados y preservados.
Se supo que referentes de ésta Fundación ambiental, Prefectura Naval, Museo Global y Asociación Patagonia Atlántica, estuvieron reunidos a principios de éste año con el titular del Consejo Agrario Provincial, Sr Javier De Urquiza, por la problemática que tuvo a éste organismo en el ojo de la tormenta, por la falta de personal abocado al control y aplicación de sanciones a la gente que inescrupulosamente baja a la playa, a pesar de que existe cartelería que así lo prohíbe por el estrés que ocasiona el ruido y la circulación de las personas que se acercan a la Reserva.
Estas conductas han propiciado que las hembras no tengan sus crías en esa playa y se trasladen a Monte Laoyza o bien a Punta del Marqués en Villa Rada Tilly.
Según los referentes que se pusieron en contacto, el Sr. De Urquiza prometió alambrado para cercar esa zona, ya que no cuenta con guarda fauna.
Pero el problema de los perros cimarrones no se terminará con el alambrado. El gran problema que aquí se plantea es la falta de responsabilidad de la gente que tiene perros y no los cuida como deberían. A pesar de que el municipio y las protectoras de animales se han unido para castrar, desparasitar y vacunar las mascotas, muchos no le dan importancia y no se responsabilizan de sus canes como deberían, abandonándolos en la ruta o en campos aledaños. De ésta manera los perros se ven obligados a cazar lo que encuentren en su camino.
Esta situación que atraviesan los lobos marinos, se detendrá cuando el municipio local, cumpla con la ordenanza de controlar y sancionar a los dueños de perros y hacerles cumplir la reglamentación como tenedor responsable de su animal, y el estado provincial disponga personal para cuidar y proteger éste recurso natural.
Mientras, los ciudadanos de Caleta Olivia, seguirán esperando al camión, prometido por De Urquiza, que trae el alambrado.
(Fuente: LVS.)
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