Estados Unidos volvió hoy a romper un récord mundial con la pandemia de coronavirus al superar el millón de infectados, un hito que, sin embargo, no frenó la reapertura gradual y diferenciada de decenas de estados bajo presión del presidente Donald Trump.
En las últimas semanas, muchos estados del país -en su mayoría republicanos-comenzaron a reanudar sus actividades comerciales y sociales en línea con el pedido de Trump para frenar el derrumbe económico a seis meses de las elecciones en las que se jugará su reelección.
Alaska, Colorado, Georgia, Minesota, Misisipi, Montana, Oklahoma, Carolina del Sur y Tennessee comenzaron ayer a reabrir su economía y se espera que la semana que viene otros ocho alivien las medidas de cierre de actividades y distanciamiento social, pese a que el país registra más de 1.003.300 infectados y de 57.500 muertos, según la Universidad Johns Hopkins.
El estado de Nueva York, el más afectado por el coronavirus, comenzó hoy a detallar criterios para una paulatina vuelta a la actividad, que muy posiblemente se inicie por fases a partir del 15 de mayo, fecha en la que vencen la actuales medidas de contención.
Sin embargo, las autoridades neoyorquinas no ven factible que eso ocurra en Manhattan y sus alrededores, informó la agencia de noticias EFE.
El gobernador, el demócrata Andrew Cuomo, aseguró que no se dejará guiar por “emociones” ni protestas para exigir la reapertura del estado, en referencia a las múltiples manifestaciones que tienen lugar desde hace semanas en el país, alentadas por el presidente Trump para presionar a los gobernadores a aliviar las restricciones preventivas.
“Es un plan muy basado en hechos y datos que mantendrá a las regiones seguras y permitirá reactivar la economía por fases”, explicó Cuomo en una conferencia de prensa.
Tanto las muertes como las hospitalizaciones diarias en Nueva York siguen en descenso y se sitúan por debajo de los 1.000 por primera vez en un mes.
No obstante, Cuomo insistió en que aún queda mucho por superar.
Cuomo explicó que la reactivación de la economía empezará por los sectores industrial y de la construcción.
Asimismo, agregó que esta semana se definirá la posibilidad de que las escuelas reabran antes del fin del año lectivo en junio.
Otro de los estados más afectados es el de Florida, donde en las últimas 24 horas 708 nuevos infectados se sumaron al balance oficial y la cifra total alcanzó a 32.847, según informó el gobierno del republicano Ron De Santis.
El condado de Miami-Dade, que cuenta con 2,7 millones de habitantes, sigue siendo el principal foco de la enfermedad, con 11.831 casos y 324 muertes.
También en Florida el impacto económico y las presiones para su reapertura son cada vez más acuciantes.
Un ejemplo es la ciudad de Orlando, una de las más castigadas económicamente por la pandemia, según diversos estudios, tras el cierre de los parques temáticos y el despido de decenas de miles de trabajadores.
Se espera que mañana el gobernador DeSantis anuncie la reapertura “vigilada” de parques y campos de golf en los condados de Miami-Dade, Broward y Palm Beach, los tres más afectados del sur de Florida y foco principal de la enfermedad, aunque sus playas continuarán cerradas por ahora.
Hoy, durante una reunión en la Casa Blanca con Trump, DeSantis advirtió sobre los riesgos que corre Florida dado el estrecho contacto con viajeros de Sudamérica y Latinoamérica en general.
DeSantis mencionó que el tema le preocupa desde “hace tiempo” debido a la evolución de los contagios en “Brasil y otros lugares que tienen mucha interacción con Miami”, citó la agencia española.
Trump le preguntó al gobernador si en algún momento estaría a favor de “vetar la entrada de (los viajeros de) ciertos países” de Latinoamérica, a lo que DeSantis propuso que las aerolíneas sometan a los pasajeros a los tests rápidos desarrollados por un laboratorio estadounidense.
Tras la reunión, Trump dijo que se plantea exigir que los viajeros, en particular aquellos procedentes de Latinoamérica, se sometan a un test para descartar que tengan el coronavirus antes de embarcar hacia Estados Unidos.
El gobierno de Trump ya vetó el acceso al país de los viajeros procedentes de China y la mayor parte de Europa con el objetivo de contener la expansión del coronavirus, algo que no impidió que Estados Unidos se convirtiera en el país con más casos y muertos en el mundo.
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