El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, autorizó hoy la reapertura de los templos religiosos e instó a los gobernadores a hacerlo este fin de semana, pese a que el país sigue siendo el epicentro mundial de la pandemia de coronavirus, con más de 1,6 millones de casos y cerca de 96.000 muertes.
En números cocretos, según el balance oficial de esta noche, Estados Unidos contabiliza hasta hoy 1.600.481 casos confirmados de coronavirus y un total de 95.886 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins. Esto significa que en las últimas 24 horas se registraron 25.417 contagios y 1.225 nuevas muertes, informó EFE.
En una conferencia de prensa, Trump anunció la designación de iglesias, sinagogas y mezquitas como “lugares esenciales”, por lo que pasan a ser considerados a nivel federal como cruciales durante la emergencia sanitaria, al igual que hospitales o fábricas de alimentos.
“Algunos gobernadores consideraron que las tiendas de licores o las clínicas de aborto son esenciales pero dejaron fuera las iglesias. Eso no está bien, así que hoy corrijo esa injusticia y urjo a los gobernadores a que permitan su apertura ahora mismo”, instó.
El magnate republicano llegó incluso a amenazar con suspender la autoridad de los gobernadores si no lo permitían, pese a que son las autoridades de los estados y los condados las que tienen potestad para decidir si reanudan o no la actividad económica y social de una zona.
“Estados Unidos necesita más rezos, no menos”, insistió el mandatario, quien ya había intentado reabrir las iglesias en Pascua, en pleno crecimiento exponencial del brote pero finalmente tuvo que dar marcha atrás.
Trump explicó que pronto los gubernamentales Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) darán más información sobre las recomendaciones a seguir, reportó la agencia de noticias EFE.
No obstante, la palabra final la tienen los gobernadores, quienes las aplican como consideran oportuno en base a cómo la pandemia afecta a sus conciudadanos y a los recursos hospitalarios disponibles.
En los últimos días, el número de contagios aumentó considerablemente en el estado sureño de Florida, que roza los 50.000 casos tras haber registrado 976 nuevos en las últimas 24 horas y más de 1.200 en la víspera.
En total, Florida registró 49.451 infectados y 2.190 muertos, según el último reporte oficial.
Pese a estas cifras, la reapertura iniciada el 4 de mayo se extiende en el territorio e incluso algunos se aventurarán a hacer sus primeros viajes en el fin de semana largo que se avecina.
La crisis sanitaria tuvo un fuerte impacto económico en Florida, donde la tasa de desempleo se triplicó desde el inicio de la pandemia hasta alcanzar casi el 13%, con más de 1,2 millones de desempleados en abril, según los datos oficiales publicados hoy.
Ferviente defensor de la flexibilización, el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, anunció hoy la reapertura de las colonias infantiles y la reanudación de los deportes de equipo para que “los niños tengan un verano relativamente normal” pero precisó que serán las organizaciones, los gobiernos locales y los padres los que tomarán la decisión final al respecto.
En Miami y Miami Beach, que entraron el lunes en la fase 1 de la reapertura, funcionarán desde el miércoles los restaurantes de cara al público.
Mientras en el estado de Nueva York, principal foco de la pandemia a nivel nacional, se registró hoy un leve aumento del saldo diario de muertes por coronavirus, con 109 decesos, cuatro más que en la víspera, según informó el gobernador neoyorquino, el demócrata Andrew Cuomo.
Pese a este leve incremento, hubo 225 internaciones en las última jornada, el índice más bajo desde el inicio del brote, lo que supone el tercer día consecutivo con menos de 300 hospitalizaciones por Covid-19, anunció Cuomo en rueda de prensa.
Nueva York el estado más golpeado por la pandemia, con un total de 358.154 contagios y 23.195 muertes, de los cuales 193.951 casos y 16.333 decesos se registraron en la Gran Manzana, epicentro nacional de la pandemia, según el último reporte oficial.
Pese a estas cifras alarmantes, el intendente de Nueva York, Bill de Blasio, aseguró esta mañana que la ciudad podría comenzar la reapertura “la primera o la segunda semana de junio” si lograban estar de manera sostenida por debajo de ciertos “umbrales” en sus indicadores de Covid-19.
La ciudad deberá mantenerse “entre 10 y 14 días” -el tiempo estimado de incubación- por debajo de las 200 internaciones diarias y de los 375 pacientes en terapia intensiva, además de registrar menos de 15% de casos positivos sobre el total de residentes testados, precisó.
Pero Cuomo, que tradicionalmente ha mantenido diferencias con De Blasio, insistió en que la última palabra la tiene la autoridad estatal.
“Lo dijimos desde el principio, solo hay un estándar que viene determinado por los datos, no es una cuestión política”, advirtió.
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