El presidente Alberto Fernández anunció anoche que cuando morigere la pandemia de coronavirus, especialmente en las zonas más pobres, dará a conocer las bases de un “contrato social” y aseguró que “la Argentina no está cerrada, sino abierta en un 90%”, excepto en las zonas donde el virus está más expandido.
Además, el Presidente ratificó el impulso del llamado “impuesto a las grandes fortunas” que se aplicará una sola vez para “sobrellevar” los costos del combate sanitario a la Covid-19 y aseveró que “la etapa del sálvese quien pueda y de la meritocracia está muerta en la Argentina” y que se viene la era de la restitución de “la igualdad de oportunidades”.
“Estamos pensando en el día después. Con Gustavo Béliz (Secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia) habíamos pensado en un mensaje para el día después que no lo dimos para que nadie piense que queremos poner el eje en otro lado”, dijo Fernández en una entrevista con C5N.
“Sabemos lo que queremos hacer y debemos hacer, pero vamos a esperar que esos barrios (populares) recuperen la tranquilidad” luego del fuerte brote de coronavirus, y explicó que “son cuatro puntos para un nuevo contrato social para un país mejor en el que la igualdad y la solidaridad sean la regla”.
“Vamos a esperar, pero estamos trabajando para poner en marcha un país mas federal, justo y solidario”, completó.
El primer mandatario confió además en que “está cerca de resolverse un acuerdo sustentable en el tiempo” por la deuda externa porque “no hay más lugar para que la pobreza crezca y la desocupación aumente y es necesario un acuerdo que no postergue más a los que ya están postergados”.
“Endeudarse no es el mejor camino, y menos endeudarse para no crecer”, aseveró.
Fernández destacó además el apoyo del papa Francisco en el caso de la deuda y de las políticas que plantean un nuevo capitalismo.
“Es muy importante el apoyo de los líderes europeos que visité, como (Giuseppe) Conti, (Pedro) Sánchez, (Angela) Merkel y (Emmanuel) Macron -de Italia, España, Alemania y Francia- que estuvieron muy al lado nuestro comprendiendo, como también (el líder israelí Benjamin) Netanyahu”.
Añadió que fue “inconmensurable” la ayuda brindada por el Papa en este proceso de renegociación de la deuda externa, así como también destacó la comprensión demostrada por Kristalina Georgieva, del FMI, del problema argentino “como nadie lo ha entendido, entiende los padecimientos de los países”.
Asimismo, Fernández enfatizó que “la etapa del sálvese quien pueda y la meritocracia está muerta en la Argentina, y quiero que todos tengan las mismas oportunidades. Que un chico de La Quiaca pueda vivir, estudiar y morirse en La Quiaca si quiere”.
Sobre las medidas de control y el aislamiento, dijo que “era necesario controlar la velocidad del contagio para construir un sistema de salud”, y que “cuando los contagios llegaran todos pudieran ser atendidos”.
El mandatario aseguró además que “la Argentina no está cerrada, un 90% del territorio está abierto” y precisó que “el foco está en la zona de la ciudad de Buenos Aires (AMBA), Chaco y Córdoba”.
“Hemos hecho las cosas bien pero no tenemos que relajarnos, tenemos un riesgo latente y el tema no está terminado”, advirtió.
Fernández reconoció que “la gente no está espléndida, pero no puede ser que a ese malestar natural lo quieran convertir en una sensación de angustia. Yo no me enojé (durante la conferencia de prensa), quise ser categórico con la respuesta”.
“Si no advierto el malestar natural que pasamos todos con todos los cuidados, seria un necio. Y no soy un necio. Por eso cuando propuse la salida de los chicos me lo recomendaron los médicos”, añadió, al tiempo que apuntó a los que hablan de “la dictadura de los científicos y la cienciocracia”, cuando él elige escuchar a los médicos.
También reseñó que “la OMS dijo inicialmente que los chicos no corrían riesgo y que no podíamos levantar las clases, pero en un semana cambió y dijo que los chicos son transmisores vertiginosos de la enfermedad. Ahí cambié”.
Afirmó además que “el problema de la economía no es la cuarentena, es la pandemia que ha afectado a la economía del mundo”, y mencionó a Estados Unidos que “no para de perder empleos”.
Asimismo, repudió la “miserabilidad de que por dañar al otro se usa cualquier idea. No es verdad que si abrimos la cuarentena la economía se vuelve próspera”.
En ese sentido, ejemplificó que “se habilitó el 60% de los comercios en CABA, de ellos se abrió el 40% y ellos vendieron el 30% de lo que se vendía”.
Fernández afirmó también que habló con curas villeros y con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, para abordar el “problema de las villas o cualquier barrio de emergencia, y eso no son problemas de Rodríguez Larreta, de Axel (Kicillof) ni de (Jorge) Capitanich, sino son problemas de la Argentina”.
“He podido trabajar bien con Rodríguez Larreta, con gobernadores, con muchos intendentes, y tengo más dificultades con algunos legisladores opositores, diputados que fueron gobernadores y dejaron sus provincias endeudadas y ahora me explican qué hacer”, amplió.
“Cuando me preguntan qué aprendí en la pandemia, me dejó una muy triste experiencia, porque descubrí 9 millones de argentinos que la Argentina no registraba que son los del IFE, que son gente fuera del sistema”, lamentó.
La pandemia “dejó al descubierto lo falaz y débil del sistema, un virus imperceptible se lleva puesta la economía del mundo, porque desaparecieron los consumidores, los trabajadores, el comercio”.
El sistema imperante hasta ahora “era una entelequia, con valores ficticios construidos sobre la especulación financiera, que es el peor capitalismo, donde el gerente financiero pasó a ser más importante que el gerente de producción”, añadió.
El Presidente reiteró la “unidad” imperante en el peronismo y el Frente de Todos gobernante y criticó que “generan contradicciones que no existen”.
Confirmó que con la vicepresidenta, Cristina Kirchner, “hablamos permanentemente, tenemos diferencias, pero siempre las tuvimos; no me preocupa. los dos queremos los mismos objetivos, tenemos el propósito de construir una Argentina más igual”.
“Si somos responsables el FdT va a vivir muchos años”, dijo, y afirmó que “Cristina es muy valiosa y representativa de un número muy importante de argentinos”.
Finalmente, el jefe de Estado ratificó el plan del impuesto a la riqueza y dijo que en realidad “no es un impuesto” sino “un aporte por única vez” de 12 mil personas que concentran mucha riqueza, y agregó que permitirá al país “sobrellevar lo que la pandemia nos ha exigido”, al tiempo que habló de “cambiar y ordenar el sistema impositivo argentino, pues los impuestos al consumo los pagan tanto los más ricos como los más pobres, y hay cinco impuestos que concentran el 80% de los ingresos del Estado”.
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