El Gobierno nacional ultima los detalles para terminar de confeccionar una enmienda a la propuesta efectuada originalmente a los acreedores, de manera de girarla a la comisión de valores de Estados Unidos (SEC) a más tardar el viernes, cuando vence el plazo vigente.
El presidente Alberto Fernández dijo hoy que la nueva oferta “no va a poner en riesgo la sostenibilidad de la deuda ni la economía argentina”.
“No quiero más que los argentinos, que los jubilados, estén padeciendo entre un aumento y pagar la deuda. No quiero vivir más en ese país”, dijo el Presidente en declaraciones a Radio 10.
Ferández dijo que junto con el ministro Martín Guzmán van analizar el “detalle final” de la nueva propuesta.
“Está claro que la Argentina debe encontrar un acuerdo y está claro que los acreedores no aceptaron nuestra oferta y Argentina la va a mejorar”, subrayó el jefe del Estado.
“Quiero ser franco, podría haber cerrado un acuerdo y dejar a mi gobierno trabajar en paz sin que haya que pagar mucho o nada, pero esta es la solución de Alberto Fernández; no es la solución de la Argentina. Lo que busco es que quien me suceda no tenga que cargar el muerto” porque -argumentó- “hay que pensar no solo en el día de hoy sino en el día después”, agregó el mandatario.
Fuentes del mercado especulan con que Argentina, que se encuentra en default técnico desde el 22 de mayo pasado, extenderá el plazo otros diez días más con el objetivo de alcanzar un acuerdo con los acreedores.
Ese plazo de diez días es lo mínimo necesario que se requiere para procesar y ejecutar el ingreso a la nueva propuesta.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, ya había anticipado la semana pasada que una vez realizada la enmienda el plazo para negociar el canje de la deuda, por casi 67.000 millones de dólares, debería volver a extenderse.
La presentación ante la SEC se dará casi con la publicación de nuevo decreto en el Boletín Oficial, con el que se oficializará formalmente la enmienda de la oferta argentina y de los nuevos plazos.
En ese marco la intención oficial es suscribir nuevos acuerdos de confidencialidad con los grupos de bonistas para dar lugar a una nueva ronda de negociaciones, en donde los acreedores tendrán la oportunidad de analizar la nueva propuesta en pos de alcanzar un acuerdo.
La oferta será modificada por el Gobierno en base a las recomendaciones que realizó el FMI el lunes de la semana pasada, organismo que respaldó la proposición argentina en la que consideró que había un pequeño margen para mejorarla, sin afectar los objetivos de sustentabilidad de la deuda.
En el Gobierno aseguran que es momento para una “propuesta definitiva”, si bien podría tener alguna alteración mínima en base a la eventual sugerencia de acreedores, que tienen intereses muy diferentes entre sí y promueven cada uno distintos tipos de instrumentos y condiciones.
La última oferta del gobierno contempló la posibilidad de empezar a concretar pago a partir de 2022 -cuando inicialmente era en 2023-, y reducir en parte la quita en intereses, entre otras cuestiones.
En el mercado valuaban esa oferta más cerca de 40 centavos por dólar, mientras que la propuesta de los acreedores rondaría los 50 centavos por dólar en los títulos emitidos entre 2005 y 2010.
Las especulaciones de los analistas son que, con todo, la nueva versión de la oferta que presentará el gobierno argentino no superará los 50 centavos por dólar.
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