México superó las 30.000 muertes por coronavirus

México sobrepasó hoy las 30.000 muertes a causa del coronavirus y, pese a que el presidente Andrés Manuel López Obrador pelea contra los análisis alarmistas de los medios y se muestra optimista, los expertos advierten que la pandemia no está controlada como dice el Gobierno.

Con 256.848 casos confirmados y 30.639 muertes por coronavirus, según datos oficiales, el gobierno mexicano volvió a insistir en que la situación epidemiológica está mejorando de a poco y el mandatario criticó a los medios que ponen al país por delante de otras naciones fuertemente golpeadas por la pandemia, como Italia, Francia y el Reino Unido, que tienen una población menor.

El gobierno no solo enfrenta las alertas de la prensa, sino también de reconocidos especialistas científicos.

El experto en salud pública de la Universidad Autónoma de México (UNAM), Malaquías Cervantes, advirtió que “no se puede pensar que la epidemia está bajo control cuando todos los días aumentan los contagios y las muertes”, informó la agencia de noticias ANSA.

Muchos expertos consideran que la aplicación restringida de pruebas de diagnóstico podría ser el principal factor que explique las razones por las que se llegó al actual nivel de mortalidad, ya que no fue posible rastrear los contagios.

Adicionalmente, según el experto Alejandro Macías, ex zar de la pandemia de gripe H1N1 de 2008, todavía no es tarde para aplicar pruebas en forma generalizada, a fin de “detectar tempranamente a las personas y sus contactos”.

El informe más reciente del viceministro de Salud, Hugo López-Gatell, colocó a México en el octavo lugar mundial a nivel de contagios y en el quinto lugar por cifra de decesos, lo que para muchos epidemiólogos demuestra que existe un importante subtesteo en el país.

“Al principio, la estrategia fue la identificación de casos y contactos” y luego se decidió por testear únicamente a los enfermos graves, pero no a sus contactos por lo cual “se dejó correr la infección libremente” y a nadie le importó la recomendación de mantener el confinamiento, denunció Cervantes.

El exministro de Salud Julio Frenk también estimó que “la apuesta de la autoridad parece ser la inmunidad de rebaño”, lo que juzgó como “una estrategia equivocada y peligrosa, pues existe el antecedente de que no funciona en ausencia de la vacuna”.

En la periferia de la Ciudad de México, donde abundan los asentamientos más vulnerables y todavía rige el semáforo epidemiológico rojo establecido para determinar la desescalada de la cuarentena, la situación parece ser más difícil que en la capital, donde ya se pasó a naranja.

En el municipio de Nicolás Romero, por ejemplo, a unos 50 kilómetros al noroeste de la capital, el número de enfermos y la falta de hospitales van en aumento.

En tanto, López Obrador, quien en línea con su política no se hizo hasta ahora ningún test porque no tiene síntomas pese a que un importante número de funcionarios cercanos están infectados, anunció hoy que se realizará la prueba de coronavirus antes de su viaje a Estados Unidos, informó la agencia de noticias Europa Press.

El mandatario llegará a Washington mañana a la noche en el marco de la entrada en vigor del nuevo Tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y el miércoles iniciará la agenda que incluye una reunión con su par estadounidense, Donald Trump, y visitas a los monumentos a Abraham Lincoln y a Benito Juárez.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en cambio, declinó finalmente la invitación, por lo que el encuentro será bilateral.

López Obrador informó a través de Twitter que se comunicó con Trudeau en las últimas horas y que el primer ministro canadiense le confirmó que no acudirá a la cita del 8 de julio en Washington, aunque “aceptó visitar México tan pronto sea posible”.