“Creo que estaba en verdaderos problemas. Probablemente lo habrían matado. Estaba intentando escapar de ellos. Entonces se cayó y lo atacaron muy violentamente”. Así defendió Donald Trump públicamente a Kyle Rittenhouse, el joven de 17 años que, en medio de una protesta, disparó con un arma automática contra tres personas y mató a dos.
La situación está siendo investigada por la Justicia y hay policías separados de manera preventiva.
En su declaración ante la prensa, Trump fue categórico: “Debemos hacer cumplir estricta y plenamente nuestra ley y no tener tolerancia con la anarquía ni tolerancia con la violencia. Cualquiera que infrinja la ley debe ser arrestado, procesado y castigado “.
El mandatario norteamericano estará este martes precisamente en Kenosha para ver “de primera mano a los que actuaron por mí”, en referencia a los agentes de la “ley y el orden” como le gusta decir al mandatario.
El gobernador de Wisconsin, Tony Evers, le pidió a Trump que no fuera a Kenosha por temor a mayores tensiones. Pero el presidente respondió que su viaje “podría aumentar el amor y el respeto” por el país.
En su agenda, en tanto, no está previsto que el jefe de Estado se reúna con los familiares de Blake.
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