“Los dichos vertidos hoy por la Presidente del CPE van a contramano de lo que muestra la realidad. Para ella, como lo vienen proclamando desde hace unos años, las escuelas de Santa Cruz son de lujo y no sería el tema edilicio un condicionante que impida la vuelta a la presencialidad.
Afirma que visitó todas las instituciones de El Calafate creyendo que por el sólo hecho de venir de paseo significa que se invierte, se acondiciona o se arreglan las falencias edilicias que se vienen denunciando desde el gremio hace mucho tiempo en paritarias.
Con respecto a la Escuela Especial N° 5, por la cual se han realizado marchas y abrazos simbólicos, la Presidente del CPE sostiene que si al día de la fecha lo autorizara el Ministerio de Salud, podría haber presencialidad, puesto que para ella condiciones significan, como bien lo expresó: agua y acceso al agua, calefacción y aireación.
No importa que la escuela funcione hace más de treinta años en una casa particular, que no tiene las condiciones de accesibilidad establecidas por las normas de la OMS.
Ella no trabaja en ese lugar, por eso no sabe lo que es levantar a un alumno de su silla de ruedas y llevarlo hasta el aula en que debe cursar o pasarlos por estrechas puertas y pasillos que pueden lastimarlos.
Eso sin mencionar que la salida de emergencia del gimnasio se encuentra a un metro de distancia del nivel del suelo. Cualquier persona que pase por la vereda de la institución lo puede comprobar a simple vista.
Agua y acceso al agua, enumeró como condición y el CPES N° 46, si se volviera a la presencialidad, no tendría posibilidad porque las bombas de agua de las calderas y de los tanques de agua no están funcionando al día de hoy.
Los baños adaptados para personas con discapacidad del módulo dos, tienen filtraciones y se encuentran inhabilitados. Y con respecto a la calefacción, las calderas se encuentran sin termostato.
Otro tema es la aireación, ventiluz atados con alambre o clavados. ¿Esas condiciones son las óptimas para los alumnos?
Frente a la cuestión de los protocolos aún no hay una documentación oficial emanada por el CPE, dejando que sean los propios directivos de las instituciones los que velen por la bioseguridad de los que concurren. No están delineadas las zonas de entrada y salida con colores, no hay bandejas sanitizantes para desinfectar los calzados al ingresar, no hay personal designado que tome la temperatura (en el mejor de los casos son los directivos o auxiliares quienes lo hacen).
Y la virtualidad, según su punto de vista, fue todo un éxito. Sin embargo una vez más, si el contacto pedagógico se mantuvo y la escuela funcionó, fue por los docentes y las familias que pusieron de su bolsillo para la conectividad y la virtualidad.
Nada de eso se garantizó, a un año del inicio de la pandemia sigue la famosa frase ESTAMOS TRABAJANDO. En cada congreso de la ADOSAC se solicitó la gratuidad del acceso a internet para las familias de los alumnos y docentes, para que inclusión deje de ser una palabra del discurso oficial y se transforme en una realidad.
La Señora Velázquez recordó las escuelas con candados, sin embargo no dice nada acerca de las escuelas con llaves que en distintas localidades permanecen cerradas ante la falta de personal, que garantice el cumplimiento del protocolo y las normas de bioseguridad.
Expresamos nuestro repudio frente a lo expuesto por la Sra Velázquez, que cumple su trabajo al pie de la letra, ya que luego de desaciertos durante su primer mandato, fue ratificada por la gobernadora para continuar en el CPE.
Fiel representante de lo que el gobierno piensa de la Educación. No fue más que el relato de la soberbia de quien quiere imponer su visión, en este caso muy alejada a la realidad que día a día enfrentan alumnos, familias y docentes de El Calafate, que no difiere mucho de lo que viven otras localidades a nivel provincial”.
Fuente: Ahora Calafate
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