El esqueleto del tehuelche recaló en ese museo luego de que en 1896 el conde Henry de la Vaulx profanara su tumba y se llevara a Francia el esqueleto y su ajuar funerario, compuesto por un estribo, pendientes y monedas de plata, entre otras pertenencias.
En aquel viaje del conde por el sur de Argentina, del 1º de marzo de 1896 al 24 de julio de 1897, se llevó unos 1.400 objetos entre minerales, metales, cerámicas, insectos, esqueletos de mamíferos y una importante “colección” de restos humanos de las comunidades originarias de la región. De esta forma, De la Vaulx envió a su país los restos humanos y los objetos en 29 cajas con un peso total de 1.371 kilos.
El antropólogo del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), Fernando Miguel Pepe, quien desde 2015 acompañó el reclamo de la comunidad tehuelche Liempichún Sakamata, del Paraje Payagniyeo, expresó a la agencia Télam: “Hemos dado un paso muy importante en la reparación histórica a nuestras comunidades”.
”Nos confirmaron del Ministerio de Europa y Asuntos Exteriores de Francia que los restos serán restituidos por ley, pero hasta tanto se promulgue esa ley los restos de Sakamata ya pueden viajar hacia la Argentina para esperar el final del proceso burocrático en nuestro país”, confirmó Pepe.
El experto destacó que la aceptación por parte del Estado francés de restituir a Sakamata “se da luego de que el vicecanciller argentino Pablo Tettamanti, durante la XI Reunión de Consultas Políticas entre Argentina y Francia, solicitara a Francia que adoptara pronto los pasos legales necesarios para lograr la restitución de los restos de Sakamata-Liempichún”.
”Contamos con el apoyo total de la presidenta del INAI, Magdalena Odarda, pero este triunfo se da principalmente por la fuerza de las comunidades originarias, las cuales nunca se rindieron entendiendo que es un derecho humano universal el poder dar sepultura a sus ancestros como dicta su cosmovisión”, remarcó Pepe.
“Estamos ultimando los detalles de la entrega con la esperanza de que este año Liempichúm finalmente regrese a su territorio, de donde nunca tendría que haber salido”, concluyó.
Quien localizó en París los restos del tehcuelche fue el historiador argentino Julio Vezub. Luego de su hallazgo, decidió informarle de inmediato a Ángel Ñanco Sakamata, al igual que él vecino de Puerto Madryn, jefe de la comunidad mapuche-tehuelche y pariente de los Liempichún. A partir de ahí, comenzó a gestionarse el pedido oficial al gobierno francés para que devuelva al país los restos del aborigen argentino.
Apoyados por un grupo de antropólogos, las comunidades Liempichún y Sakamata enviaron, incluso, una carta al papa Francisco en la que le solicitaron su intervención para que el cráneo de su antepasado les sea restituido.
“En esa época consideraban importante obtener esqueletos y cráneos para poder clasificar y desarrollar la teoría de la evolución humana”, explicó Vezub al diario El País de España. “La Vaulx recorrió más de 5.000 kilómetros de la Patagonia relevando paisajes, rocas, plantas, animales y humanos, para lo cual se contactó con las distintas comunidades mapuches y tehuelches de esa región”, agregó.
Liempichún no fue un cacique, sino sobrino de quien llegó a dominar a fines del siglo XIX un vasto territorio entre el sur de Chubut y el norte de Santa Cruz. “Era hijo de Antonio Liempichún y sobrino del cacique Juan Sakamata. No sabemos cuál era su nombre cristiano, si es que lo tuvo, ni de qué murió, pero sí que medía más de dos metros de alto y acababa de ser enterrado en el paraje Choique Nilahue cuando profanaron su tumba”, explicaron voceros de la comunidad aborigen.
El antecedente inmediato a esta restitución, que sentó un importante precedente, se dio en julio del 2020 cuando Francia devolvió 24 cráneos de argelinos que habían sido asesinados durante la batalla en la que pelearon contra el general francés Émile Herbillon en 1849.
Asimismo, en Argentina, el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata restituyó en junio de 2019 los restos de seis aborígenes a la Comunidad Cacique General de las Pampas Cipriano Catriel de Azul. La decisión se tomó en el marco de una política de atención a los reclamos de las comunidades originarias y como una reivindicación de sus derechos.
Los restos habrían arribado al museo platense como parte de una colección donada a Francisco P. Moreno por Estanislao Zeballos en 1889. Sin embargo, los estudios que se llevaron a cabo no pudieron determinar su origen con precisión.
Con apoyo del Papa, Argentina le reclama a Francia la devolución del cráneo de un indígena
En junio, Julio Vezub es un historiador argentino que localizó en París los restos de Liempichun Sakamata, un indígena originario de la Patagonia, cuyos restos fueron llevados a Europa en el siglo XIX por el conde galo Henry de La Vaulx. Luego de su hallazgo, decidió informar de inmediato a Ángel Ñanco Sakamata, vecino como él de Puerto Madryn, y jefe de la comunidad mapuche-tehuelche y pariente de los Liempichun; y a partir de ahí, gestionar un pedido oficial al gobierno francés para que devuelva al país los restos del aborigen argentino.
Apoyados por un grupo de antropólogos, las comunidades Liempichun y Sakamata enviaron, incluso, una carta al papa Francisco en la que le solicitaron su intervención para que el cráneo de su antepasado les sea restituido. Fernando Pepe, uno de los referentes del Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social (GUIAS) cree que el proceso, que contó con el apoyo del gobierno de Chubut y la Cancillería argentina, no presentaría mayor dificultad.
Vezub, a su vez, aclaró que en ningún momento las autoridades del Museo del Hombre en Francia -lugar donde está el cráneo- se opusieron a que se divulgue la noticia, y que las leyes francesas prevén que en caso de que se pueda establecer una vía genealógica, se activa el proceso de restitución.
Pero, ¿quién es el indígena reclamado y cómo llegaron sus restos a París? La historia se remonta al siglo XIX en el sur argentino, donde el explorador francés viajó por toda la región profanando sepulturas de pueblos aborígenes, hasta que dio con el cráneo de Liempichun Sakamata, un lejano antecesor de una estirpe que aún habita en el país.
“En esa época consideraban importante obtener esqueletos y cráneos para poder clasificar y desarrollar la teoría de la evolución humana”, explicó Vezub al diario El País de España. Dijo que “La Vaulx recorrió más de 5.000 kilómetros de la Patagonia relevando paisajes, rocas, plantas, animales y humanos, para lo cual se contactó con las distintas comunidades mapuches y tehuelches de esa región”.
Vezub participaba desde 2009 en un proyecto para investigar las colecciones del conde. Como parte de su proyecto, pudo acceder a ellas en el museo parisino, una institución prestigiosa que busca mostrar la evolución del hombre en su diversidad y riqueza cultural. Allí pudo ver y fotografiar el cráneo de Liempichun, que se encuentra junto a otros “cien cráneos y doce esqueletos de pobladores originarios de La Pampa y Patagonia”.
Todos ellos “están rotulados, dicen dónde fueron obtenidos y son bastantes precisos con el lugar de excavación” pero resulta “difícil su identificación individual ya que conviven con otros esqueletos de mayor antigüedad”, dice el historiador, quien aseguró que su investigación fue como “reconstruir la escena del crimen” en alusión al salvajismo de las prácticas científicas del siglo XIX.
Liempichun, cuyos restos se busca restituir desde Francia, no era un cacique, sino sobrino de quien llegó a dominar a fines del siglo XIX un vasto territorio entre el sur de Chubut y el norte de Santa Cruz. “Era hijo de Antonio Liempichun y sobrino del cacique Juan Sacamata. No sabemos cuál era su nombre cristiano, si es que lo tuvo, ni de qué murió: pero sí que medía más de dos metros de alto y acababa de ser enterrado en el paraje Choique Nilahue cuando profanaron su tumba”, explicaron voceros de la comunidad Liempichun.
La Vaulx, “realizó intercambios y trueques con las comunidades y se contactó con los principales caciques” tehuelches de esa época, “estaba obsesionado por la talla extraordinaria de ellos, por lo cual aprovechó los datos que le proporcionaron sobre tumbas recientes y antiguas para extraer los restos”, añadió el historiador.
Nota. AHORA CALAFATE – Infobae – Agencia Telam – Página 12
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