“Las exportaciones contribuyen positivamente en los precios al consumidor, pues permite a los frigoríficos promediar cortes para abaratar los precios del mercado interno. A su vez los mayores volúmenes procesados se traducen en menores costos para toda la cadena, desde la producción hasta la carnicería”, afirma la FIAS.
El sector ruralista santacruceño advierte que “frenar las exportaciones de carnes agravará los precios para el consumidor argentino: achicará la oferta de carne, a corto plazo-mediano plazo aumentará el precio en el mostrador, destruirá nuevamente miles de puestos de trabajo y reducirá el ingreso de divisas que el país necesita desesperadamente”.
“La solución para los precios es aumentar la producción; no prohibir”, remarca la FIAS. Y recuerda que “la última intervención restringiendo las exportaciones de carne fue en 2006 y duró hasta 2015, cuyo resultado fue la disminución de 10 millones de cabezas, la pérdida de entre 50 y 100 mil puestos de trabajo y los precios en el mostrador no solo no bajaron, sino que subieron”.
“Con el cierre de las exportaciones de carne, y el negocio en manos de muy pocos, la carne no bajará, y sólo tendremos menos producción, trabajo, inversión y divisas”, insiste la FIAS.
Los productores santacruceños preguntan “en este escenario, ¿Quién volverá a comprar a un país que no cumple? ¿Nos harán juicios por incumplimiento? ¿Alguno dejará de vendernos productos en represalia?”
Desde la FIAS esperan que “funcionarios con visión reviertan la medida de no exportar carne, una verdadera insensatez que no cambiará el curso de los precios de la carne y cuyo anticipado resultado quedará una vez más en la historia como un grave error de gestión”.
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