Piloto formado en Río Grande podría enfrentar 12 años de prisión

Tiene 28 años y es juzgado en Oroño al 900 por venta de drogas. El fiscal pidió 12 años de pena. Es uno de los presos que sacaron de la provincia tras la fuga de junio en Piñero.
Vertiginosa y cargada de emociones fuertes, la vida de Rodríguez Granthon tiene ribetes de película. Llegó a Argentina el 5 de marzo de 2012 y se estableció en Río Grande en Tierra del Fuego. Dos años después llegó a a Rosario. Había estudiado en aquella ciudad austral la carrera de piloto de avión y completó en Funes las horas de vuelo para obtener la licencia de piloto comercial.
Aquel año tuvo su primer problema con la ley cuando lo encontraron responsable de causar la muerte de Pablo Franco en un accidente de tránsito.
La Justicia Federal de Rosario pronunciará este jueves un veredicto sobre un enigmático actor de la criminalidad de la ciudad ligada al narcotráfico. Se trata de un hombre joven que emigró de Perú hace diez años, se estableció en Rosario dos años después luego de pasar por la Patagonia, obtuvo una licencia como piloto de aviación y se incorporó en un rol destacado al comercio de drogas de alto nivel en conexión con actores de la banda de Los Monos. Volvió a ser mencionado en abril de 2020 cuando se estableció que el plan para matar al pastor evangélico y ex concejal Eduardo Trasante había salido del pabellón 9 de Piñero en la zona de celdas donde él estaba recluido.
Es Julio Andrés Rodríguez Granthon, un hombre de 28 años considerado un preso de alto perfil que fue trasladado fuera de la provincia tras la fuga de ocho reclusos de Piñero en junio pasado. En esta ocasión lo juzgan al haber descubierto que gestionaba el comercio de estupefacientes primero desde la alcaidía de la Policía Federal y después desde la cárcel de Piñero, una pesquisa que desembocó en el secuestro de 7 kilos de cocaína, varios millones de pesos y 110 mil dólares en una casa de Castellanos y Rioja, en el barrio Echesortu. Se trata de una causa penal de 2019 por la que ahora el fiscal federal Federico Reynares Solari pidió 12 años de prisión para “El peruano”. Hoy mismo se conocerá el veredicto para el grupo de ocho personas acusadas entre las que él se encuentra.
En tanto, en el mismo juicio el fiscal solicitó la pena de 12 años y 9 meses de cárcel para Rodolfo Héctor Masini como coautor del delito de tráfico de estupefacientes en modalidad de comercio agravado por la participación de 3 o más personas de forma organizada, condena que se unificará con una anterior en 14 años de prisión. Por el mismo delito Reynares Solari pidió 10 años de prisión para Iván Gastón Ramírez, 8 años para Maximiliano Daniel Acosta, 7 años para María Cristina Manrresa y 6 años de encierro para Ramón Luis Larrea. Además, como partícipes secundarios en la organización, el acusador solicitó penas de 3 años y un mes de cárcel para Sara Antonela Blanco y Claudio Hernán Manrresa.
Vertiginosa y cargada de emociones fuertes, la vida de Rodríguez Granthon tiene ribetes de película. Llegó a Argentina el 5 de marzo de 2012 y se estableció en Río Grande en Tierra del Fuego. Dos años después llegó a a Rosario. Había estudiado en aquella ciudad austral la carrera de piloto de avión y completó en Funes las horas de vuelo para obtener la licencia de piloto comercial. Aquel año tuvo su primer problema con la ley cuando lo encontraron responsable de causar la muerte de Pablo Franco en un accidente de tránsito.
Se solicitó la expulsión del país a la Dirección Nacional de Migraciones que logró eludir por motivos de reunificación familiar ya que en Rosario vivían sus padres. Tras una serie de detenciones surgió el principal indicio serio en su contra ligado al tema drogas. Una pesquisa de la Justicia Federal determinó que el peruano proveía de cocaína de máxima pureza a Gisela Bocutti, quien recibía indicaciones de su pareja Leandro Vilches, condenado como miembro de la banda de Los Monos en 2018.
En noviembre de 2019 se desmanteló una organización que funcionaba desde Piñero a partir de las órdenes de Rodríguez Granthon para que sus socios distribuyeran cocaína en zonas diversas de Rosario. Lo consideraron el jefe de esa banda cuando fue procesado por el juzgado federal a cargo de Marcelo Bailaque.
El procedimiento implicó la detención de siete personas, el secuestro de 15 kilos de cocaína, más de 5 millones de pesos y 110 mil dólares. La investigación la realizó la Policía Federal a solicitud de la fiscal federal Adriana Saccone.
La denominaron “Coronas blancas” porque la cocaína tenía una marca particular: los panes estaban individualizados con el sello de una corona, simbología atribuida a “la banda del peruano”.
En largos pasajes del juicio el fiscal Reynares Solari mencionó la conexión entre “El peruano” y Ariel “Guille” Cantero.
La causa se conoce como expediente Manrresa. Alude a uno de los acusados, Claudio Manrresa, un licenciado en Seguridad e Higiene de 49 años, imputado en esta red.
En la acusación se indica el modo de actuación de la banda, los teléfonos que usaban y sus conexiones. Para poder operar en la zona de Pérez, se indica en la elevación a juicio, uno de los acusados en esta causa, Facundo Pérez, y el peruano Rodríguez Granthon “le abonarían una especie de cano a la apodada doña, usuaria del abonado número 341-39460.., quien sería pareja del Viejo Cantero (…) quien residiría en Avellaneda y las vías.
El juicio terminará esta jueves cuando pronuncien su veredicto los jueces Martín Gambarcorta, Osvaldo Facciano y Eugenio Martínez, del Tribunal Federal Oral 3 de Rosario. Además de los doce años pedidos contra Rodríguez Granthon, el fiscal solicitó penas hasta de 14 años contra Rodolfo Massini, uno de los principales acusados. También solicitó el decomiso del dinero secuestrado a la red.
Fuente: Diario La Capital de Rosario.