Al menos desde el año pasado, numerosos usuarios de redes sociales se hicieron eco de la búsqueda de Diego Castillo, publicando fotografías de billetes en los que podía leerse claramente el mensaje del hombre, realizado con un sello.
“Dana L. Castrillo. Te amo y extraño. Tu papi Diego Castillo. Contactame…”, decía (y dice, porque aún puede verse en algunos ejemplares de papel moneda) el mensaje que incluía un número de teléfono y una dirección de correo electrónico.
Antes de eso, Castillo había recurrido a la Justicia y hasta llegó a contratar a un detective privado para dar con el paradero de su hija, a quien había visto por última vez cuando tenía 13 años. “Ya no sabía a quien recurrir, la justicia nunca me ayudo”, dijo.
La búsqueda a través de billetes, en efecto, movió la sensibilidad de muchas personas, que aún siguen reproduciendo imágenes relativas a la búsqueda que, en las últimas horas, se supo que no terminó de la mejor manera.
Diego Sebastián Castrillo usó las propias redes sociales para confirmar que, gracias a la repercusión obtenida por su iniciativa, ya se había podido comunicar con su hija.
Además de señalar que la joven se encontraba en Salta con su madre, compartió el audio de una comunicación telefónica con su hija, donde ella afirma que, a pesar de todo, no quería tener contacto con él. Lo que, por el momento, dio por terminada la historia.
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