Una pareja de policías de Los Ángeles estaba de servicio cuando recibieron una llamada de radio para que respondieran a un robo en un comercio cercano adonde estaban patrullando.
Sin embargo, una revisión de las grabaciones de las cámaras de la patrulla mostró que habían estado jugando a Pokémon Go y que habían optado por perseguir a un Pokemón Snorlax cercano -una captura relativamente rara- en lugar de prestar apoyo.
La pareja negó haber jugado al juego, pero fue despedida tras una investigación.
Después de ignorar una llamada de radio pidiendo refuerzos, “durante aproximadamente los siguientes 20 minutos (del video) captó a los oficiales discutiendo sobre Pokémon mientras se dirigían a diferentes lugares donde las criaturas virtuales aparecían en sus smartphones”, dicen los documentos.
Otro agente, el capitán Davenport, que también escuchó la llamada, pudo ver el local comercial -y otro coche de policía estacionó en un callejón cercano-, según los documentos judiciales.
Esos agentes cercanos no respondieron a la llamada, así que el capitán Davenport acudió al llamado y vio cómo el otro coche de policía daba marcha atrás por el callejón y abandonaba la zona.
Más tarde, los dos agentes dijeron a un sargento que había intentado ponerse en contacto con ellos para proporcionarles refuerzos que no habían oído la radio. Pero la grabación de la cámara de la patrulla reveló que habían discutido la llamada y decidieron no responder.
En su lugar, cinco minutos más tarde, se les pudo escuchar hablando sobre la captura de Pokémon. “El agente Mitchell alertó a Lozano de que ‘Snorlax… acaba de aparecer en la 46 y Leimert'”, dicen los documentos.
La pareja se fue entonces en esa dirección para embarcarse en una sesión de juego y discusión de 20 minutos. Se les oyó hablar de la exitosa captura de Snorlax y de lo difícil que fue la batalla con Togetic, otro Pokémon. “Los chicos van a estar muy celosos”, dijo el oficial Mitchell.
Ambos oficiales negaron haber jugado en servicio, diciendo al detective investigador que el oficial Mitchell había estado leyendo en voz alta de un grupo de texto de otros jugadores “presumiendo de sus puntuaciones. El detective McClanahan determinó que los oficiales no estaban siendo sinceros”, dicen los documentos judiciales.
Una audiencia posterior de la junta por mala conducta encontró a la pareja culpable de: no responder a una llamada por robo;
hacer declaraciones engañosas; no responder a la radio cuando se les contactó; jugar a Pokémon Go estando de servicio; hacer declaraciones falsas durante la investigación.
Los funcionarios admitieron haber abandonado su zona de paso en busca de Snorlax, pero insistieron en que lo hicieron “tanto” como parte de una “patrulla extra” como para “perseguir a esta mítica criatura”, según el tribunal.
Los abogados de los policías habían argumentado que las grabaciones en el coche no debían utilizarse para grabar conversaciones privadas y que no debían utilizarse como prueba, pero esto fue denegado.
La pareja acudió entonces a los tribunales, donde su caso fue rechazado. El tribunal de apelación también rechazó el caso, diciendo que no se habían violado los derechos de los dos ex agentes.
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