Dos correos electrónicos exhiben la trama. En ambos casos quien los envió fue la secretaria de la dirección del Banco Provincia (Bapro), en aquel entonces a cargo del macrista Juan Curutchet. Quien los recibió fue el jefe operativo a cargo del Salón de Usos Múltiples (SUM) ubicado en séptimo piso del edificio tradicional del banco. La indicación era concreta: poner a disposición el SUM los días 14, 15 y 16 de junio de 2017, por pedido del gobierno bonaerense. La reunión de la “Gestapo” macrista se hizo el 15 de junio. Pero la solicutud del SUM no se hizo para una reunión. La administración de María Eugenia Vidal pidió zona liberada para que los técnicos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) pusieran las cámaras y micrófonos el 14, se llevara a cabo la reunión en la que los funcionarios bonaerenses, los directores de la AFI y los empresarios pusieron en marcha una trampa a Juan Pablo “Pata” Medina el 15 y también para que los técnicos de la AFI desarmaran el aparato de espionaje el 16. Estos correos electrónicos explican la trastienda de lo que ocurrió. Los técnicos de la AFI y los participantes del encuentro de la Gestapo fueron todos recibidos en la puerta del Bapro y entraron y salieron de manera clandestina, sin dejar sus nombres ni documentos de identidad.
Sumario en el Banco
Las actuales autoridades del Bapro, encabezadas por Juan Cuatromo, revisaron los archivos para ver cómo se hicieron las cosas que derivaron en el encuentro del 15 de junio. Era evidente que debía haber alguna comunicación oficial, porque el 14, una señorita vestida de azafata recibió a los técnicos de la AFI en la entrada de planta baja, los hizo ingresar violando todas las normas de seguridad de un banco y los llevó al SUM para que colocaran cuatro cámaras y dos micrófonos en el techo. Lo mismo ocurrió al día siguiente cuando llegaron los participantes de la reunión y otro tanto sucedió el 16, nuevamente con los hombres de la AFI. El domingo pasado, el gobernador Axel Kicillof sostuvo que los hechos eran gravísimos y que debía haber una investigación: “es una deuda que tenemos”. A esa hora ya estaba en marcha un sumario interno de la máxima importancia.
Los mails
Lo que se encontró en los archivos son dos correos electrónicos enviados por una secretaria de la dirección del banco, a cargo de Juan Curutchet. Este diario intentó comunicarse con el exfuncionario sin resultados. Los mails están dirigidos al jefe operativo que manejaba el uso del SUM. En los textos, se reservó el salón por tres días a pedido de la gobernación bonaerense. Esa documentación será entregada al juez federal de La Plata Ernesto Kreplak, que es quien investiga el espionaje ilegal y el armado de causa.
Lo que no aparece es ningún correo en el que una secretaria o secretario de Vidal o de alguno de sus ministros le pidiera la cesión del salón a Curutchet. Todo indica que eso se hizo verbalmente. Pero el pedido hacia adentro del Bapro se concretó por escrito. Y eso está documentado en los mails entre la secretaria de dirección y el jefe operativo.
La investigación
El Bapro puso en marcha un sumario interno que seguramente llevará a conclusiones importantes:
* Es muy probable que se pida la declaración de la secretaria de dirección que mandó el mail con la orden de ceder el salón tres días.
* También se establecerá quién fue la señorita, vestida de azafata, que hizo entrar a los técnicos el día 14 para que colocaran las cámaras y micrófonos. Ella los recibió en la puerta, los hizo ingresar sin registrarse y los llevó hasta el séptimo piso. Parece obvio que se le preguntará quién dio la orden, porque es seguro que la mujer no tenía poder de decisión.
* Habrá que ver si fue esa joven o fue otra la que hizo entrar a los 15 invitados a la reunión del 15. A la chica se la ve en las imágenes grabadas por la AFI y es la persona que hace ingresar a todos evitando el registro. La imagen de la azafata se ve claramente en el video de la Gestapo. No es difícil identificarla.
* También tendría que quedar claro si la misma joven es la que recibió a los técnicos de la AFI para que desarmaran la estructura el día 16.
* Se cae de maduro que será citado el jefe operativo a cargo del uso del SUM.
Como se ve, buena parte de la trama puede ser reconstruida.
Lo que se dijo
Los argumentos de Vidal y del ministro de Trabajo bonaerense, Marcelo Villegas se caen a pedazos. Ya de antemano resultaba impensada la presencia de dos ministros -Villegas y el de Infraestructura, Roberto Gigante- un intendente clave, el de La Plata, Julio Garro, y un senador macrista, Juan Pablo Allan, sin que el encuentro haya tenido el visto bueno de la gobernación.
Y la mano de la administración Vidal no se vio solamente en la convocatoria, sino que también se refleja en lo que hablaron: Villegas no participó como un espectador que escuchaba y nada más. Tuvo un papel activo y dijo, entre muchas otras cosas: “hay cuestiones que ustedes entenderán también que es por una cuestión de preservación de ustedes mismos hay cosas que no podemos compartir que son parte del backoffice de todo esto. Y hemos tenido el recaudo de tomar como primera medida asegurarnos la cuestión judicial, o sea no estaríamos a este nivel hablando con ustedes como mínimo dos ministros, un viceministro de Justicia, un senador, funcionarios del Gobierno Nacional si no tuviésemos asegurada la cuestión judicial. No los estamos invitando a un carnaval para ver que sale, digamos”. O sea, Villegas es protagonista, le pide a los empresarios que paren las obras, que los gremialistas de Medina reaccionarían, la AFI iba a filmar “y la cuestión judicial está asegurada”, es decir que tenían todo arreglado con el procurador Julio Conte Grand.
Casa Rosada
Por supuesto que también la iniciativa fue del gobierno nacional de Mauricio Macri: la presencia -inédita- de tres altos directos de la AFI lo evidencia. Casi por primera vez en la historia concurrieron a un encuentro el director de Contrainteligencia, Diego Dalmau Pereyra; el jefe de Gabinete, Darío Biorci y el director de Legales, Sebastián De Stéfano. Las agencias de inteligencia de todo el mundo no suelen mostrar a sus altos mandos y en este caso exhibieron -ante empresarios que conocían poco y nada- no a uno, sino a tres jefes.
El impulso del gobierno de Macri se ve también en el insólito despliegue de cámaras y micrófonos que se hizo y en que el video apareció en una computadora de la AFI, es decir en la agencia que manejaba Gustavo Arribas, uno de los más cercanos amigos del expresidente.
En este terreno resulta grave que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, haya dicho que no le están pidiendo la renuncia a De Stéfano en su cargo en el Sbase (Subterráneos de la Ciudad de Buenos Aires), que depende de la administración Larreta “porque no cometió ningún delito, solo estuvo en una reunión”. Por de pronto, la fiscal lo imputó, como a todos los demás participantes del encuentro, como hizo también con la propia Vidal. La reunión del Bapro fue para tenderle una trampa a dirigentes gremiales, armarles una causa y meterlos presos: eso es delictivo según lo admitió Ricardo Gil Lavedra, integrante de Juntos por el Cambio.
La asociación
Los correos electrónicos encontrados en el Bapro demuestran que los dos gobiernos -nacional y bonaerense- operaron en conjunto. Larreta y Vidal sostienen, de palabra, que “Macri no tuvo nada que ver”. Y ellos mismos afirman que no sabían que los tres hombres que estaban en la reunión eran de la AFI. Ahora queda claro que el SUM –que este martes será inspeccionado por legisladores de la Comisión Bicameral de Inteligencia– se utilizó por pedido del gobierno bonaerense, que la grabación y el sonido corrieron a cargo del gobierno nacional vía la AFI, y que todos en conjunto apostaron a más detenciones, armados de causas y tapas de diarios para tapar la política económica de los tarifazos, el endeudamiento y la fuga de capitales a paraísos fiscales.
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