La presidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo una aparición pública con motivo de la inauguración de la ampliación de la General Paz.
En esta oportunidad aprovechó las circunstancias para referirse a la obra pública mencionando que se trata de “una inversión social generadora de trabajo”. Lo hizo nada menos que junto al líder de la UOCRA Gerardo Martínez, quien se encontraba participando del acto presidencial.
Este hecho podría pasar desapercibido para los trabajadores de la construcción si no fuera porque en los últimos 24 meses se han perdido unos 120.000 puestos de trabajo en la industria, que ha sido denunciada sistemáticamente por SITRAIC.
A la caída de la obra privada por la disparada de los precios tras la devaluación, se le suma la paralización del conjunto de la obra pública nacional, provincial y municipal.
De esta política es responsable la presidenta y su gabinete, principalmente el ministro Julio De Vido, que han abandonado las obras necesarias para satisfacer las necesidades populares (vivienda, infraestructura, obras hídricas, etc) priorizando satisfacer la agenda del capital financiero y los acreedores de la deuda externa.
La presencia de Gerardo Martínez en el acto convalida el acuerdo político que han estrechado el gobierno de Cristina y el ex servicio de inteligencia del batallón 601. El silencio y la obsecuencia ante las decenas de miles de despidos en la construcción y los magros salarios son el costo de la impunidad ante su responsabilidad en la última dictadura militar.
El SITRAIC, (Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Afines) en cambio, impulsa un empadronamiento de los trabajadores desocupados de la construcción para conquistar la reactivación de la obra pública en todo el país, unida a la satisfacción de las necesidades del pueblo trabajador.
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